Gloria Silvia Orellana
@Redacción DiarioCoLatino
Religiosamente cientos de personas, cada 7 de septiembre en el occidente del país, celebran la natividad de la Virgen María o “Virgen Niña”, con una procesión de farolitos que parte de las iglesias y recorre las principales calles en Ataco, Apaneca, San Lorenzo y San Francisco Menéndez, en Ahuachapán.
Y dada su constancia y fervor de la celebración en mantener la tradición, la Asamblea Legislativa, en el año 2014 , declaró el “Día de los Farolitos” como Patrimonio Cultural Inmaterial de El Salvador, que por ahora atrae a turistas nacionales e internacionales.
Esta tradición ha sido retomada y celebrada por tercera ocasión por la parroquia de El Calvario, en San Salvador, que se une desde la capital a esta “Fiesta de la Luz”, en honor a la Madre de Jesucristo, para honrar su lugar en la historia de la Iglesia Católica.
El padre Elder Romero señaló que, a lo largo del año litúrgico, celebra la vida de tres “ grandes santos”, la primera es Jesucristo, que celebran su nacimiento el 25 de diciembre, y su Pascua y Resurrección en la Semana Mayor.
“Tenemos también a la Santísima Vigen María que celebramos cada 8 de septiembre su Natividad y su asunción a los cielos el 15 de agosto. Y por último a San Juan Baustista”, explicó.
“Dentro de estas tres grandes figuras importantes y trascendentales en la vida litúrgica y la devoción de la Iglesia celebramos a María, su nacimiento es celebrar los albores y ese sol de justicia que ha resplandecido para todo el género humano”, expresó el sacerdote.
Sobre la tradición de los farolitos, pobladores han comentado que antes se amarraban tras del árbol de ocote para alumbrar las ramas de árboles, luego pasaron a las candelas de cera y en los últimos años se confeccionan los farolitos de papel de celofán de múltiples colores y una armazón de bambú que encierra la vela que da color al farol.
“Según cuentan la historia y tradición, era en las fincas de occidente en que aquellos pobladores con gran devoción y fervor ponían en ramas del café los farolitos para recordarnos las vísperas y aguardar la aurora que es la imagen de la Virgen María”, reseñó.
“Y es que, por tercera vez, vamos a ensalzar y dar gloria a Dios por la criatura más perfecta y hermosa que es la Virgen María, es rendir gloria y honor de quien se ha preservado de la mancha del pecado. Aquella que es modelo del discipulado y la anticipación de la humanidad, la Virgen María Santísima, que como aurora nos recuerda que en medio de las oscuridades y sombras de la historia, ella ha sido modelo de la Iglesia que resplandece como el sol bañada de justicia y de quien ha nacido de lo alto Nuestro Señor Jesucristo”, puntualizó Romero.
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