Francisco Martínez
Consultor Socio-Laboral
El tema de que las AFP regresen hasta la mitad del saldo que cada trabajador cotizante tiene en las Cuentas Individuales de Ahorro para Pensiones, conocidas como CIAP, es como dice el Ministro de Hacienda Nelson Fuentes, complicado; primero, hay que entender, que ese fondo de ahorro obligatorio, tiene un propósito previsional, son recursos dispuestos para atender una necesidad futura que puede anticiparse, como la necesidad que sobrevendrá al retiro del trabajador de la vida laboral activa. Por tanto, no es una cuenta de ahorro cualquiera.
Con otros compañeros, planteamos ante la privatización del sistema en los años 94-98, que el Sistema de Reparto debía ser ajustado con reformas paramétricas y avanzar a unificar los diferentes sistemas existentes. No acompañamos, la propuesta de que el sistema fuera de Ahorro Individual exclusivamente, sino que, proponíamos un Sistema Mixto Complementario, con base a un modelo multipilar como lo recomienda la OIT. Planteamos con evidencia, que el modelo vigente sería un fracaso, tal cual sucedió; y, que no resolvería lo que los privatizadores de la cosa pública ofrecían más cobertura y mejores pensiones.
Señalo lo anterior, porque, quienes han presentado la propuesta, varios diputados y organizaciones, sobre la devolución de hasta el 50 % del ahorro que tienen los trabajadores en las CIAP, que administran las AFP, demuestran que no comprenden el ámbito previsional. Aunque son cuentas individuales, ese ahorro obligatorio servirá para el momento del retiro de cada trabajador cotizante que cumpla los requisitos establecidos en la Ley SAP y sus reglamentos. Es indiscutible, que ese ahorro, es precario, esto, por los bajos salarios, la adulterada rentabilidad y la alta movilidad de los trabajadores que viven de la formalidad a la informalidad; además que los beneficios no serán para todos, sino solo para aquellos que cumplan los requisitos.
Hay, además, a la base de esta discusión una realidad que se impone: la alta informalidad laboral, de la Población Económicamente Activa, PEA, solo 1 de cada 4 trabajadores cotiza a la seguridad social; y aún A PÉSAR DE LA REFORMA de 2017, solo 1 de cada 5, cotiza al SAP.
De hecho, cuando en la reforma de septiembre de 2017 se avaló que los trabajadores puedan retirar hasta el 25 % de esos ahorros, en el fondo, eso no fue más que la ampliación de la edad de retiro, en hasta 5 años. Por ello, no se han preocupado de conformar el Comité Actuarial. Que ojo, es necesario para que evalué las diversas propuestas que hagan los diferentes sectores, sino, corren el riesgo de que sean declaradas, INCONSTITUCIONALES.
Se que hay grupos sociales pidiendo esto, pero, en realidad, estos deben reivindicar y acompañar, luchar, por la construcción de un modelo de protección social multipilar, conforme a los criterios del Convenio 102 de la OIT, donde el primer pilar, de Pensión Básica, ya está definido en la Ley de Desarrollo y Protección Social, el legado de los dos gobiernos del frente, aunque no lo desarrollaron, hoy es cuando potenciar el alcance de esa ley, se convierte en algo estratégico, si además le damos contenido y se hace perdurable el paquete de medidas que se ejecutan en la emergencia, igual que en 2010; el segundo pilar, sería el 15 % de los salarios que hoy aportan obligatoriamente los trabajadores formales, el cual debería ser administrado por el ISSS desde la UPISSS; el tercer pilar serían los aportes ya en cartera que administran las AFP, TAL CUAL ESTÁ PLANTEADO EN LOS MULTIFONDOS, que incluyó la reforma de septiembre 2017; y, el cuarto pilar, serían los aportes voluntarios que cada trabajador, esté dispuesto a ahorrar en fondos de inversión privados.
Por supuesto, que, para financiar el pilar de la Pensión Básica, se requiere de fondos, que pueden venir de un impuesto, Monotributo, por ejemplo, a los trabajadores cuentapropistas sin local y de una parte del IVA 3 o 4 % como el caso de Uruguay.
Esta será la Política Social que podrá cambiar la historia de la gente, para asegurarla durante el ciclo de vida. Pero, no es gratis, requiere una fuerte contribución fiscal, o sea que todos debemos pagar impuestos para gozar de esta.
Dado el peso de la informalidad laborar que tiene nuestro país y en general la región, debemos transitar del modelo Bismarkiano de régimen contributivo, a uno mixto más Bevergiano, para que la Protección Social, sea en efecto de carácter universal, solidaria y de contribución pública.
Propuestas, como la hecha por algunos diputados de sacar fondos, tal cuenta de ahorro en banco, además de mostrar ignorancia e irresponsabilidad, es nada más una piñatada, su único fin es electorero.