“No puedo soportar el llanto de los niños, prefiero que rían y es que su sonrisa es un premio a lo que hacemos por ello. Ellos tienen derecho a ser felices”: cardenal Gregorio Rosa Chávez.
Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Julia Ascencio, una devota católica de 55 años, asistió hoy a la Misa de los Santos Niños Inocentes que se llevó a cabo en la Parroquia de Antiguo Cuscatlán. Recuerda que asistir a esta conmemoración era una tradición que sus padres le inculcaron desde que era una niña.
La conmemoración tiene como finalidad recordar y honrar a los niños menores de dos años, quienes murieron por la orden del rey Herodes, debido al temor que le infundió el nacimiento de Jesús.
Julia dice tener “mucha fe”, ya que ella y su familia han hecho peticiones que recibieron respuesta. “En una ocasión mi hermano estaba muy enfermo, había pasado varios meses padeciendo de ese mal y los doctores le daban pocas esperanzas de vida. Mis hermanas y yo pedimos, por estas fechas, a los Santos Niños Inocentes y ellos nos hicieron el milagro. Él se recuperó y siguió con su vida normal”.
Es por lo anterior y por su ferviente devoción religiosa que Julia asiste todos los años a escuchar la misa que en esta ocasión fue oficiada por el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien durante su recorrido hacia el lugar previsto para la misma recibió abrazos de muchos niños sonrientes que salían a su encuentro.
“No puedo soportar el llanto de los niños, prefiero que rían, y es que su sonrisa es un premio a lo que hacemos por ello. Ellos tienen derecho a ser felices, debemos enseñarles sobre su padre Dios y a dar gracias, explicarles porqué Jesús nació entre los pobres como un niño que no tuvo posada”, dijo el cardenal.
Rosa Chávez explicó a los fieles asistentes a la misa que el nacimiento de Jesucristo como un niño santo inocente inició la “revolución de la ternura”.
“Ese niño que nace en Belén cambia la historia, da al mundo esperanza y una promesa de paz, eso es lo que queremos hoy para nuestros niños, que puedan cumplir sus sueños, vivir en un mundo con todas las facilidades para crecer en todo sentido”, razonó el cardenal.
Ya para finalizar su mensaje, el cardenal salvadoreño se refirió al beato Oscar Arnulfo Romero, y dijo a los presentes que el papa Francisco le confió su deseo de anunciar próximamente la canonización del pastor mártir.
Asimismo, indicó que el salvadoreño es un pueblo fiel y creyente, pero también muy pasivo ya que todos los golpes recibidos los atribuye a la voluntad de Dios.
“Dios no quiere eso, él quiere vernos reír, realizarnos y ser felices, una familia grande donde todos seamos solidarios reconociendo que él es nuestro padre, un pueblo que sabe con quién, hacia dónde y por qué camina es invencible”, indicó el jerarca de la Iglesia católica.
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