San Salvador/PL
Charly Morales Valido
Jefe de Prensa Latina/El Salvador
Más que una consigna o una etiqueta en redes sociales, “devuelvan lo robado” es el principal reclamo que le hace el pueblo salvadoreño al derechista partido Arena.
Mientras, la formación oligárquica intenta desentenderse de un pasado marcado por la corrupción y la represión, muchos salvadoreños se resisten a caer en la amnesia conveniente y selectiva que promueve la campaña arenera.
De hecho, la represión violenta de una manifestación de vendedores en Santa Tecla, que acabó con un muerto y 60 heridos, recordó la metodología de gobierno que propone el partido fundado por el pionero de los escuadrones de la muerte.
La cúpula arenera y su candidato presidencial, Carlos Calleja, cerraron filas en torno a Roberto d’Aubuisson, alcalde de Santa Tecla, e incluso aplaudieron la manera en que manejó los reclamos de quienes solo buscan su sustento. Con el poder económico para acaparar espacios donde hacerse propaganda, Arena contrató además al español Antonio José Sola, quien se hace llamar ‘creador de presidentes’ y es conocido como el ‘rey de la guerra sucia’.
Así, la campaña de Arena se concentra en atacar a quien considera su mayor amenaza, el candidato Nayib Bukele (GANA), y en negar o apropiarse de los logros de los gobiernos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Todo en medio de varios escándalos, como la irrisoria condena al expresidente Antonio Saca, quien desfalcó más de 300 millones de dólares durante su mandato, o el cierre del juicio para recuperar los fondos robados por Francisco Flores.
En esta suerte de ‘Juego de Tronos cuscatleco’, diversas voces de la sociedad acusan al fiscal general de la República Douglas Meléndez de congraciarse con la cúpula arenera para conseguir su reelección.
Además, en enero pasado murió Salvador Arias, autor del Libro Negro de la Corrupción en El Salvador, sin que la Fiscalía tuviera en cuenta sus denuncias documentadas de la corruptela imperante entre funcionarios areneros.
Sin embargo, el Pulgarcito de América vive tiempos en que los criterios pesan más que los hechos, la verdad es construida con declaraciones sin verificar, y la gente no se cuestiona lo que escucha, ni profundiza ni pone en contexto.
Por ejemplo, el partido que más propuestas pragmáticas y realizables ha hecho en esta campaña electoral es el FMLN, con una plataforma construida a partir de diálogos con la sociedad civil y un conocimiento de las dinámicas de gobierno.
Arena, lo dicho, se concentra en atacar a sus rivales, pero titubea cuando es emplazada a abundar en sus propuestas de gobierno, la mayoría de las cuales ya fueron implementadas por las dos administraciones del Frente.
Otro ejemplo: Calleja vende el programa AgroAmigo como una idea arenera para los productores, cuando en realidad se trata de la entrega de paquetes agrícolas implementada con éxito por las dos administraciones del FMLN.
La formación oligárquica, de esencia latifundista, se autoproclama ahora como amiga del campesino y el pequeño agricultor, cuando sus gobiernos desatendieron el agro, a los caficultores, a los productores y a los ganaderos.
Claro, ahora Calleja ofrece mejorar el paquete de fertilizantes y semillas, pero se las comprará a la polémica trasnacional Monsanto, en lugar de adquirirlas en las cooperativas agrícolas y con el productor local.
Otra ‘propuesta’ arenera: rescatar al turismo y fomentar el desarrollo del sector en el litoral, otro intento de adjudicarse uno de los programas más exitosos del gobierno de Salvador Sánchez Cerén.
Según estadísticas oficiales, durante los tres últimos años El Salvador ingresó 300 millones de dólares en concepto de turismo, gracias a estrategias de desarrollo local como el plan Pueblos Vivos, y a un programa concentrado en la franja costera.
En resumen, nada nuevo hay bajo el picante sol salvadoreño y muchos lo tienen bien claro: Arena, aunque se vista de seda, Arena se queda, y conserva el poder económico, la mayoría de las alcaldías y el control del Parlamento.