Buenos Aires/dpa
De Alfredo Di Stéfano a Eusébio, cialis de Julio Grondona a José Sulaimán, capsule de Luis Aragonés a Tito Vilanova: el mundo del deporte perdió en 2014 a varios hombres que, de distintas maneras, dejaron una huella.
Caprichosa, la muerte irrumpió con especial fuerza durante el gran evento deportivo del año, el Mundial de fútbol de Brasil. Y lo hizo para anunciar la despedida de uno de los más grandes con la pelota, Di Stéfano.
Víctima de un paro cardiorrespiratorio, el hispano-argentino murió el 7 de julio a los 88 años en Madrid, la ciudad donde se convirtió en una leyenda del fútbol. La partida de la “Saeta Rubia”, considerado en forma unánime como uno de los mejores jugadores de la historia -y para casi todos los que lo vieron en la década del ‘50, el mejor-, sacudió a un planeta fútbol que centraba exclusivamente su atención en la definición de Brasil 2014.
“Meter goles es como hacer el amor: todo el mundo sabe cómo se hace, pero ninguno lo hace como yo”, dijo alguna vez el letal delantero, que fue despedido con un multitudinario homenaje en el Santiago Bernabéu, el estadio que lo vio brillar con el Real Madrid, club del que era presidente de honor.
Meses atrás, el 2014 había comenzado con la despedida de otro prócer del siglo XX: Eusébio. Víctima también de un ataque cardíaco, el delantero portugués falleció el 5 de enero a los 71 años, provocando el luto generalizado del mundo del fútbol y especialmente de su país, donde era considerado una megaestrella incluso por encima de Cristiano Ronaldo. “El fútbol ha perdido a una leyenda”, dijo sobre la “Pantera Negra” el suizo Joseph Blatter.
El presidente de la FIFA perdió también en 2014 a uno de sus aliados más importantes en el ente rector, como lo era Grondona. Semanas después de ver a la Argentina caer en la final del Mundial, el poderoso jefe del fútbol “albiceleste” y vicepresidente primero de la FIFA murió a los 82 años.
“Cuando deje la FIFA será para ir al cementerio”, había dicho semanas atrás a dpa en el congreso del organismo en Sao Paulo. La partida de Grondona no sólo dejó al ente rector sin un experimentado dirigente que era miembro del comité ejecutivo desde 1988 y ocupaba el influyente cargo de jefe de la comisión de finanzas, sino que también provocó una notoria acefalía en el fútbol argentino, donde mandó con mano de hierro y sin sucesor a la vista durante 35 años.
Otro importante directivo latinoamericano que se despidió fue el mexicano Sulaimán, que presidió durante 38 años el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Líder carismático y polémico, Sulaimán impulsó fuertes transformaciones rumbo a la profesionalización del deporte de los puños y tras casi cuatro décadas en el poder dejó como sucesor a su hijo Mauricio.
El 2014 será recordado también como el año en el que el fútbol español lloró la muerte del entrenador que construyó su obra más gloriosa. Aragonés fue el mentor de la mejor generación española y el técnico que, con la conquista de la Eurocopa de 2008, allanó el camino de un equipo que luego sería campeón mundial en 2010 y de nuevo campeón europeo en 2012 bajo el mando de Vicente del Bosque.
“Luis tiene la culpa de lo que soy como futbolista y nos enseñó el camino a la gloria”, escribió Sergio Ramos sobre el ex futbolista y entrenador, que falleció a los 75 años como consecuencia de una leucemia.
Un cáncer fue también lo que acabó prematuramente con la vida del entrenador Tito Vilanova, a los 45 años. Su partida supuso un golpe muy duro para el Barcelona, que un año atrás lo había tenido como su entrenador tras haber sido la mano derecha de Josep Guardiola en la etapa más prolífica del club azulgrana.
La muerte se hizo presente de diversas formas en el fútbol español, que por primera vez en 11 años debió lamentar una víctima mortal producto la violencia entre seguidores. El deceso de un hincha del Deportivo de La Coruña en una pelea con ultras del Atlético de Madrid tras ser golpeado y lanzado al río Manzanares, en las afueras del estadio Vicente Calderón, generó indignación y estupor en España. Una problemática que, sin embargo, siguió siendo muy usual en el fútbol latinoamericano, que en 2014 volvió a ver sus canchas manchadas de sangre en numerosas ocasiones.
La violencia también es habitual en Sudáfrica, que asistió conmocionada al asesinato del arquero y capitán de la selección Senzo Meyiwa durante un robo en la casa de su novia en Vosloorus, 40 kilómetros al sudeste de Johannesburgo. El 2014 arrojó además la absurda muerte del periodista argentino Jorge “Topo” López, víctima de un accidente automovilístico mientras cubría la marcha en Brasil del equipo de Lionel Messi, con quien tenía una cercana relación.