*Dr. Ramón Douglas Rivas
El 20 de octubre recién pasado, unhealthy celebramos, advice junto a los honorables miembros de la embajada de Cuba en El Salvador y compañeros de gabinete, prescription una de las fechas más emblemáticas para el pueblo heroico cubano. Me refiero al 20 de octubre de 1868, fecha en la cual se celebra el nacimiento de una gran nación de hombres y mujeres libres, que han sabido luchar por su cultura nacional, por su identidad, y que es cuna de personajes que se han vuelto referentes importantes para el mundo.
Estuvimos con la señora embajadora y a su equipo de trabajo en el acto de celebración, y es impresionante ver cómo la comunidad cubana festeja esta fecha, demostrando con ello que son un noble pueblo, de mucho coraje, con decisión de ser siempre libre y forjador de su propio destino.
Sin duda alguna, cuando el comandante en Jefe, Fidel Castro, instituyó el Día de la Cultura Nacional Cubana, lo hizo como un reconocimiento a su gente. Y es que esta celebración es un reconocimiento a la esencia cubana, a las raíces y actualidad de un pueblo que siguió los pasos del libertador de la ciudad de Bayamo, Carlos Manuel de Céspedes. De ahí que cuando los cubanos entonan su Himno Nacional, La Bayamesa, invocan ese espíritu de independencia que caracteriza al pueblo que ha sabido luchar por su identidad, por su patria y por su conciencia.
Así lo recalca José Martí, en una publicación de Patria, donde se reproduce la letra de La Bayamesa. “Para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares, para que corran de pena y amor las lágrimas de los que lo oyeron en el combate sublime por primera vez; para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno a cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra Patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres”, escribe Martí.
Cuba es grande, no en geografía sino en su espíritu de libertad y en su identidad cultural. Es un país que ha sabido defender su proyecto socialista, fruto de una revolución heredera de las múltiples batallas por la independencia y la soberanía nacional. Hablamos también de una nación que ha sido un referente en aspectos amplios de la cultura, como la salud, la educación, el deporte y el arte, campos en los que se han distinguido ampliamente.
Cuando uno observa la unidad con la que trabaja el pueblo cubano no deja de admirarse y eso los convierte en ejemplo para muchos. Por eso El Salvador se siente honrado de contar con países amigos como Cuba. Su cultura nacional es referente para nuestro país, que desde 2009 está trabajando para formular e impulsar políticas públicas más incluyentes, solidarias y efectivas.
En esa línea, como Gobierno nos sentimos honrados de poder contar con el apoyo de Cuba. Particularmente, lo expreso desde el campo cultural y cito como ejemplo una iniciativa reciente: el de La Colmenita, un proyecto de transformación mediante el arte teatral, que consideramos rendirá los frutos esperados entre la juventud salvadoreña actual.
El Salvador y Cuba son pueblos hermanos que siempre han sabido mantener una estrecha cooperación, pese a los obstáculos que por años la diplomacia salvadoreña nos impuso sin razón. Hoy seguimos los pasos del pueblo cubano en esa visión de hacer que la cultura sea un motor de desarrollo social. Queremos que cada una de las personas se apropie de la cultura, que la ejerzan como un derecho y como un pilar de desarrollo. Estamos trabajando en ello y estamos seguros que lo lograremos con el apoyo de países amigos como Cuba.