El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, coincidiendo con la fecha en que la Asamblea General adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948. Se trata de un documento histórico que proclamó los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento, ni ninguna otra condición. Es el documento más traducido del mundo y está disponible en más de 500 idiomas.
Después de un año marcado por la celebración del 30º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño en noviembre de 2019, nuestro plan es aprovechar esa energía ya generada y destacar el papel de liderazgo de la juventud en los movimientos colectivos como fuente de inspiración para un futuro mejor.
El llamamiento para este es año es a “Defender los Derechos Humanos”, con el objetivo de celebrar el potencial de los jóvenes como agentes constructivos del cambio, ampliar sus voces e involucrar a una amplia gama de audiencias globales en la promoción y protección de estos derechos. La campaña dirigida por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH), está diseñada para alentar, reactivar y mostrar cómo los jóvenes de todo el mundo defienden los derechos humanos y muestran su oposición al racismo, el discurso de odio, la intimidación, la discriminación y el cambio climático, entre muchas otras temáticas.
Los derechos humanos son el epicentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que sin dignidad humana no podemos impulsar el desarrollo sostenible. Los derechos humanos están impulsados por el progreso de todos los ODS, y los ODS están impulsados por los avances en los derechos humanos. Ambos están interconectados y deben ser prioridad en las agendas de país.
CIDEP es fiel luchadora en el cumplimiento de los derechos humanos, es por esta razón que en esta fecha también abogamos por una reforma tributaria justa, que permita al Estado aumentar sus ingresos y garantizar los programas sociales que contribuyen al cumplimiento de los derechos humanos de la población salvadoreña. Una reforma tributaria justa es aquella que está basada en la premisa de que quien más tiene es quien debe aportar más, y por lo general son las grandes empresas las que más recursos manejan, la idea es no afectar a la población de menos recursos, es decir, no poner impuestos que afecten el consumo y el salario de la mayoría de la población, pero sí las ganancias y las propiedades de los sectores más adinerados.