Cada año, el 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz en todas las partes del mundo. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció este día en el año 1981; dos décadas más tarde, en 2001, por unanimidad designaron este día “jornada de no violencia y alto el fuego”.
La Asamblea General lo ha declarado como un día dedicado al fomento de los ideales de paz en todas las naciones y pueblos y entre estos. El tema para este año es “El Derecho a la Paz: 70 años después de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 como un ideal común para todos los pueblos y naciones. La Declaración Universal (el documento más traducido del mundo, disponible en más de 500 idiomas) tiene tanta relevancia hoy en día como la tuvo el día en que se proclamó.
Los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron en el 2005, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible porque consideraron que no es posible hacer de este un mundo pacífico si no se toman las medidas pertinentes para lograr el desarrollo social y económico de todas las personas del mundo y garantizar la protección de sus derechos. Los Objetivos Sostenibles abarcan una amplia variedad de materias, entre las que se incluyen: pobreza, hambre, salud, educación, cambio climático, igualdad de género, agua, saneamiento, electricidad, medioambiente y justicia social.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 «Paz, justicia e instituciones sólidas», realiza un llamamiento a las sociedades pacíficas e inclusivas para que fomenten un desarrollo sostenible a la vez que facilitan el acceso de todas las personas a la justicia y crean instituciones efectivas, responsables e inclusivas a todos los niveles. Una sociedad pacífica es aquella en la que la justicia y la igualdad están al alcance de todos. Un medioambiente sostenible podrá tomar forma gracias a la paz y este, a su vez, ayudará a que esta se potencie.
En este sentido, CIDEP trabaja bajo la consigna del empoderamiento en derechos humanos y cultura de paz desde el enfoque de que los cambios sociales empiezan en el hogar, en la escuela, en la comunidad, a través de la práctica de valores y el desarrollo de capacidades que permitan a niñas, niños y adolescentes ser agentes de cambio, influyendo así directamente en el bienestar psíquico, social y físico, que al final se refleja en una sociedad con armonía y en paz.