ASISTENTE (PREOCUPADO) ¡Ya se han enterado, pills señor empresario!
EMPRESARIO Sí, purchase el Ministerio ya sabe que no hemos puesto los filtros de protección ambiental en nuestra fábrica de cueros… (ALTERADO) Necesitamos un culpable. Urgente. O nos quedaremos todos en la calle…
ASISTENTE Yo sé quién puede ser ese culpable.
EMPRESARIO ¿Quién?… Habla, hombre.
ASISTENTE El árbol del parque.
EMPRESARIO ¡¿Cómo?!
ASISTENTE Ese roble viejo y polvoriento. (MEDIA VOZ) ¿Por qué no decimos que el polvillo de sus hojas es el que está enfermando a los niños? La diarrea, los granos en la piel… ¿Quién es el culpable? El árbol del parque.
EMPRESARIO Excelente idea. (SE RÍEN) Estoy seguro que algún médico nos “ayudará”. El asunto es lograr que se olviden de nuestra fábrica. Esos filtros costarían una millonada.
NARRADORA El árbol del parque había visto crecer a muchas generaciones. Era tan querido y respetado que hasta su silueta aparecía en el escudo del pueblo. Su sombra cobijaba a pájaros, a niñas y niños, hasta los abuelitos se acercaban al antiguo roble para recordar sus amores. Pero los dueños de la fábrica de cueros pensaban de otra manera…
PREGONERO ¡Extra, extra el roble del parque será llevado ante el tribunal!… ¡De encontrarlo culpable, le aplicarán la pena máxima!… (SE ALEJA) ¡Extra, extra!
NARRADORA Mientras tanto, en el pueblo las opiniones estaban divididas.
VARIOS ¿Cómo es posible que diga eso?…. ¡Que lo quemen!… ¡No, los culpables son otros!
NARRADORA A la mañana siguiente…
JUEZ Orden, orden en la sala… Se abre el juicio contra el roble del parque. Tiene la palabra el señor empresario de la fábrica de cueros.
EMPRESARIO Su señoría, lo primero es el bienestar de nuestro pueblo y la salud de nuestros niños, que actualmente padecen diarreas y otras enfermedades infecciosas. ¿Quién es el responsable de esto? Ese árbol viejo y polvoriento que se encuentra en el centro del parque. Pido para él, la pena de muerte.
JUEZ Silencio… Prosiga, señor empresario.
EMPRESARIO Mejor que yo, que hable el médico para dar las explicaciones científicas del caso.
MÉDICO (VOZ GANGOSA) Es muy sencillo. Los árboles de cierta edad comienzan a emitir un cierto polvillo que provoca alergias y diarreas, especialmente en los menores. Como científico, recomendaría que lo cortaran. Más aún, que lo quemaran de inmediato, antes de que esta enfermedad acabe con nosotros los adultos y con todo el pueblo.
EMPRESARIO ¿Y bien, señor juez?… ¿Necesita más pruebas? Dicte sentencia para que ese roble sea eliminado y así podamos salvar a los niños…
VECINA ¡Un momento, señor juez!… ¡Quiero hablar!
JUEZ ¿Y quién es usted?
VECINA Una vecina del pueblo. Y como el árbol no puede defenderse, quiero hablar en su nombre. No seamos ingratos con él. ¿Cuántas veces no hemos jugado a su sombra, cuánto oxígeno nos ha regalado, cuántos árboles, hermanos de éste, nos han dado su madera para hacer palas, puertas, sillas?
EMPRESARIO Muy romántico, señora, pero así es la vida. Unos nacen y otros deben morir. La opinión del médico es irrefutable. El árbol está enfermo y no sólo éste, sino los de otros parques, los del bosque… ¡Córtenlos todos!
VECINA No, amigo, son otros árboles los que nos están contaminando. Unos árboles de cemento.
EMPRESARIO ¿De qué está hablando usted, señora?
VECINA Chimeneas, torres de cemento que botan toda la suciedad en el aire, desagües en los ríos, fábricas que…
EMPRESARIO ¡Protesto, protesto!
JUEZ ¡Silencio!… Déjeme hacerle una sola pregunta, señora.
VECINA Diga, señor juez.
JUEZ ¿Usted es médica?
VECINA No, señor juez, yo…
JUEZ Entonces, cállese y siéntese. (MURMULLOS) La ley aquí soy yo.
NARRADORA Y sin más el juez, ordenó la muerte del roble. Sería cortado en pedazos y quemado en la misma plaza del pueblo donde había vivido más de 100 años.
LOCUTOR En los últimos treinta años, el área deforestada en América Latina, alcanza dos millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la del territorio mexicano.
LOCUTOR 29 de agosto. Día Internacional del Árbol.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.sjsocial.org/crt/riojas.html