Apartir del 3 de mayo de 1993, cheap la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO, proclamó esta fecha como el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
La fecha fue elegida para que coincidiera con el aniversario de la Declaración de Windhoek (Namibia), un documento elaborado por representantes de medios de Comunicación africanos, quienes participaron en un seminario de la UNESCO, desarrollado del 29 de abril al 3 de mayo de 1991, donde establecieron los principios de la libertad de prensa.
Los principios, a los que hace referencia el Día Mundial de la Libertad de Prensa son, entre otros: “De conformidad con el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el establecimiento, mantenimiento y fortalecimiento de una prensa independiente, pluralista, y libre son indispensables para el desarrollo y mantenimiento de la democracia en un país, así como para el desarrollo económico.
Por prensa independiente debe entenderse una prensa sobre la cual los poderes públicos no ejerzan ni dominio político o económico, ni control sobre los materiales y la infraestructura necesarios para la producción y difusión de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas.
Por prensa pluralista debe entenderse la supresión de los monopolios de toda clase y la existencia del mayor número posible de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas que reflejen la más amplia gama posible de opiniones dentro de la comunidad”.
En el marco de la celebración de la histórica fecha, el Secretario General de la ONU, Ban Ki- moon, escribió: “«En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, insto a todos los gobiernos, los políticos, las empresas y los ciudadanos a que se comprometan a impulsar y proteger la libertad y la independencia de los medios de comunicación. Sin este derecho fundamental, las personas son menos libres y están menos empoderadas. Con él, podemos trabajar juntos para lograr un mundo con dignidad y oportunidades para todos».
Nos preguntamos si la ciudadanía está satisfecha con nuestra labor, y si no será necesario revisar los 19 puntos de la declaración de Windhoek, no desde la perspectiva de los medios, sino la de las audiencias. Esto lo planteamos, a raíz de una nueva realidad, el nuevo rol que algunos medios de comunicación han asumido, con agendas propias de los intereses de los grupos de poder políticos y empresariales, en detrimento de las democracias, y, peor aún, de los intereses de la ciudadanía. El llamado está hecho.