ASOCIACIÓN INTERSECTORIAL PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL PROGRESO SOCIAL – CIDEP –
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En 1989, el Consejo de Gobierno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo recomendó que la comunidad internacional conmemorase cada 11 de julio el Día Mundial de la Población y que fuera esa una oportunidad para centrar la atención en la urgencia y la importancia de los asuntos relacionados con ella.
A pocos días de que se celebre esta fecha, nos enfocamos en la problemática social de los embarazos en niñas y adolescentes. Las adolescentes en todo el mundo enfrentan numerosos problemas. Muchas son consideradas por las comunidades donde viven o por sus padres que están preparadas para el matrimonio o la maternidad. Un gran número de ellas se ven obligadas a dejar las aulas, lo que perjudica a sus perspectivas de futuro. Incluso para aquellas que permanecen en la escuela puede ser difícil acceder a información básica sobre su salud y sus derechos humanos y reproductivos, lo que las hace vulnerables a enfermedades, lesiones y explotación. Esos retos son aún más graves para las adolescentes marginadas, incluidas las que pertenecen a minorías étnicas, así como para las que viven en la pobreza o en áreas remotas.
Sin embargo, cuando se fortalecen a las adolescentes, cuando conocen sus derechos y se les brindan los medios para triunfar, se convierten en agentes de cambio positivo en sus comunidades.
Este es un tema preocupante en El Salvador, así lo muestra un estudio presentado en 2016, denominado “Mapa de embarazos en niñas y adolescentes en El Salvador 2015” realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), este detalla que en el año 2015 se registró que, de las 83 mil 478 mujeres embarazadas, 25 mil 132 eran niñas y adolescentes entre 10 y 19 años de edad, lo que representa un 30%.
En este sentido, es importante concientizar a la población acerca de la urgente necesidad de que la educación sexual y reproductiva se imparta sin tabús en los centros escolares. La salud sexual y reproductiva, así como lo define la UNFPA es “tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Deben estar informadas y empoderadas para auto protegerse de las infecciones de transmisión sexual. Y cuando decidan tener hijos, las mujeres deben disponer de acceso a servicios que las ayuden a tener un embarazo adecuado, un parto sin riesgo y un bebé sano”.
CIDEP, como una institución que trabaja por el derecho humano a la educación, considera importante que la educación sexual y reproductiva sea impartida en los centros de estudio, pero igualmente en el hogar, ya que es desde aquí donde las y los adolescentes se concientizarán. Solo así se podrán minimizar los grandes índices de embarazos en adolescentes y lograr que las adolescentes tengan un desarrollo pleno en su vida.