Proyecto Cultural sur Vancouver
Jaime Velázquez Proyecto Cultural sur Veracruz México.
El Festival Internacional de Poesía de Medellín empezó en abril de 1991 con las lecturas de 16 poetas colombianos. Al año siguiente se unieron 36 poetas de ocho países. Y las cifras fueron en aumento también en cuanto a los asistentes y los lugares donde hubo poetas leyendo sus poemas: teatros, auditorios, parques. En el año 2002 el Festival estuvo presente en 29 municipios de Antioquia y en 23 ciudades de Colombia. Este Festival dio origen a la Escuela Internacional de Poesía y a los premios que otorga: para libros publicados en español, el internacional de poesía Ciudad de Medellín, el estímulo a la joven poesía colombiana.
Uno de los objetivos del Festival es lograr una humanidad sin guerras y sin injusticia social. En el año 2011, en el 21 Festival, fue organizado un encuentro de 37 directores, quienes fundaron el Movimiento de Poesía Mundial. (https://www.youtube.com/watch?v=BEhVrupwm1A)
La historia del Festival empieza así:
“1991: eran tiempos aciagos… Inevitable nombrar la guerra, que continúa, en una nueva fase. Muchos fueron los asesinados por el hecho de ser adolescentes, otros por hacer evidentes las fisuras a través de sus luchas sociales, otros por razones muy oscuras. Crímenes políticos selectivos. Cruce de fuegos. Narcobombas. Sicariato. Masacres indiscriminadas en lugares públicos. Escuadrones de la muerte sembraban la desolación en la ciudad. Había una alta tensión en la atmósfera anímica de la población y el lenguaje cotidiano entró en un lamentable deterioro, irradiando violencia y malestar. Imperaba el miedo Miedo a ser silenciado, es decir, aniquilado. Sabemos que en los tiempos más difíciles, en que más se atenta contra la vida y la sensibilidad, es cuando brotan con más fuerza las manifestaciones del espíritu. Es en los tiempos aciagos cuando la poesía eleva su mirada a las cumbres donde se capta la luz.” Y ese primer año asistieron mil quinientas personas.”
En el año 2006 el Festival recibió un Premio Nobel llamado Alternativo. En su discurso de aceptación, Fernando Rendón dijo: “… es un reconocimiento al papel histórico de la poesía en oposición a la cultura de la muerte, que tiene su origen en las autoritarias esferas del poder transnacional. El poema es la exaltación de la visión del porvenir hecho por todos, se canta en voz alta la historia de la transformación del espíritu humano y de las luchas de los pueblos por la certeza de una edad sin opresión. Volveremos, sobre la hierba, a entonar el coro del alba. La piedra desencadenada, será de nuevo luz.”
Para completar la idea de lo que significa el Festival volví al trabajo de Adán Echeverría (Mérida, Yucatán, México, 1975), quien elaboró un “Atlas poético de México en 2008 que incluyó a 650 poetas nacidos entre 1960 y 1989, “donde se ven búsquedas literarias, intenciones, capacidades, novedades del lenguaje entre los autores nacidos en diferentes décadas” (entrevista de Jorge Gómez Jiménez en http://www.letralia.com/193/entrevistas02.htm, Cagua, Venezuela). Este trabajo fue publicado por Armando Pacheco en la revista Letras en rebeldía.
La queja por la falta de dinero también, como siempre ocurre con la literatura, forma parte de la historia de ese Atlas. A la pregunta: “¿Recibió el proyecto algún tipo de apoyo económico de fuentes privadas o públicas?, Echeverría respondió:
“En principio ninguna. Más adelante, el Ayuntamiento de Mérida me donó los cd en los que quemaré toda la información para hacérsela llegar a los autores. Posteriormente la Editorial Homo Scriptum, de Monterrey, Nuevo León, por medio de Alexandra Botto, me entregó un dinerito para comprar tintas con las cuales imprimir las portadas de los discos. Este ha sido el único apoyo hasta ahora.”
Pero más que el tema monetario hay que tomar en cuenta el trabajo mismo de compilación, cuya principal dificultad fue “la falta de distribución del material impreso de los autores, muchos de los cuales fueron publicados por editoriales independientes o por los institutos de cultura de sus estados, y la distribución es demasiado localista”.