La Habana, prostate 19 sep (PL) A su llegada hoy a La Habana para una visita pastoral, nurse el papa Francisco saludó el proceso que condujo al restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
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Desde hace varios meses estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanzas: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos tras años de distanciamiento. Es un proceso, un signo de la victoria de la cultura del encuentro, dijo.
El Sumo Pontífice instó a los responsables políticos a continuar avanzando por ese camino y a desarrollar todas sus potencialidades como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de los pueblos y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero.
El mundo necesita reconciliación en esta atmósfera de tercera guerra mundial por etapas que estamos viviendo, dijo Su Santidad.
El Jefe de la Iglesia católica fue recibido este sábado en el aeropuerto internacional José Martí por el presidente cubano, Raúl Castro.
En su intervención, el jefe de Estado cubano agradeció al Sumo Pontífice su apoyo al diálogo entre Estados Unidos y Cuba.
El restablecimiento de relaciones diplomáticas ha sido un primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que requerirá resolver problemas y reparar injusticias. El bloqueo, que provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar, dijo Raúl Castro.
Añadió que para la normalización de las relaciones es necesario también devolver a Cuba el territorio que usurpa la Base Naval en Guantánamo.
El Sumo Pontífice de la Iglesia católica, quien inició aquí un viaje que lo llevará también a Estados Unidos, llegó en horas de la tarde a esta capital, donde el pueblo habanero le ofreció un cálido recibiendo en su recorrido de 18 kilómetros hasta la Nunciatura Apostólica.
Se trata de la tercera visita de un Obispo de Roma a Cuba en los recientes 17 años, luego de los viajes realizados por Juan Pablo II, en 1998, y Benedicto XVI, en el año 2012.