Por Jordi Miró
Quito/AFP
El lanzamiento de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y el ELN estaba en suspenso, condicionado a que esta guerrilla libere a uno de los secuestrados que tiene en su poder.
A pocas horas de la ceremonia, prevista a las 17H00 locales (22H00 GMT) en un museo del norte de Quito, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda grupo insurgente de Colombia, no ha entregado aún al excongresista Odín Sánchez, del oficialista Partido de la U, retenido desde abril.
Al anunciar el 10 de octubre en Caracas la instalación de una mesa formal de conversaciones para poner fin a medio siglo de conflicto armado, ambas partes acordaron «iniciar el proceso de liberación de los secuestrados/retenidos con dos casos antes del 27 de octubre».
«No he firmado resolución designando negociadores con ELN, porque no han liberado a Odín Sánchez», escribió el miércoles por la noche el presidente Juan Manuel Santos.
Pero el mandatario, que está intentando salvar en La Habana el acuerdo firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, la principal guerrilla del país), espera con «razonable confianza» que el ELN cumpla con esa condición impuesta para empezar a negociar.
«Todavía hay un tiempo, de horas», aseguró también el miércoles por la noch el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo.
Y aseguró que, en caso de que se libere a Sánchez, «simultáneamente» el gobierno otorgaría la condición de agentes o gestores de paz a dos militantes del ELN presos.
«Lo estamos cumpliendo»
En declaraciones divulgadas en la cuenta en Twitter del ELN, el comandante Pablo Beltrán, jefe negociador de los rebeldes, señaló empero: «Todo lo pactado lo estamos cumpliendo (…) La delegación de diálogos desde anoche estamos en Quito».
Se desconoce el número exacto de cautivos del ELN, un grupo alzado en armas desde 1964, inspirado en la revolución cubana y en la Teología de la liberación, y con unos 1.500 combatientes estimados oficialmente (frente a los 5.765 combatientes de las FARC, según sus propios cálculos).
Además de Sánchez, fuentes eclesiásticas dijeron a la AFP que el médico Édgar Torres «seguro» está también en manos de esta guerrilla en el selvático departamento del Chocó (noroeste).
La Iglesia católica, un actor cercano a las conversaciones, afirmó el martes que el operativo de liberación estaba «en camino».
Pero ante los «crecientes rumores» de que la entrega de Sánchez ya se habría producido en un remoto municipio del Chocó, fronterizo con Panamá, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), usual facilitador de entregas de rehenes y traslado de guerrilleros en Colombia, negó haber activado «ningún operativo con este fin».
«Del mismo modo que con las FARC al principio (…) lo que falla todavía con el ELN es la falta de confianza entre las dos delegaciones», explicó a la AFP Frédéric Massé, experto en grupos armados de la Universidad Externado de Colombia.
«Sin condiciones»
Santos, flamante Nobel de la Paz, se apresta a negociar con el ELN mientras busca salvar el proceso con las FARC tras el sorpresivo revés electoral del 2 de octubre, cuando un histórico acuerdo sellado con esa guerrilla marxista fue rechazado en un plebiscito.
Con el ELN, una guerrilla que se financia sobre todo con el secuestro, el narcotráfico y la minería ilegal, las negociaciones serán en Ecuador, Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, garantes de los diálogos junto con Noruega.
Será la quinta vez que el gobierno y el ELN intentan hacer la paz desde los años 1980.
«Aunque dialogar con el ELN es un imperativo de paz, sus líderes parecen empeñados en imponer una negociación sin condiciones, cuando las FARC accedieron a cumplir protocolos y reglas específicas para iniciar las conversaciones», señaló a la AFP Camilo Echandía, investigador del conflicto armado.
Los analistas coinciden en que la complejidad del proceso con el ELN, un grupo rebelde con amplio apoyo social y urbano pero sin alcance nacional, se debe a la participación de la sociedad civil que pide la guerrilla, y puede empantanar la discusión de la agenda de seis puntos acordada.
Tras la instalación en la Capilla del Hombre en Quito, la primera ronda, de 45 días, comenzará el 3 de noviembre en Cashapamba, una antigua hacienda convertida en club social a unos 25 km al este de la capital ecuatoriana.
Colombia llora más de 260.000 muertos en medio siglo de violencia fratricida, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública.