Por Tania Primavera
Himántara Diama Xitrán
con nombre de cuento de Salarrué
llegó un día soleado
caminando, y entró
Le nombré Diama,
por el libro O´yarkandal
patitas cafecitas y casi toda ella
era color blanco
Una perra aguacatera
ojitos negros, vivita,
Diama Citara como la música hindú
perra alfa
Después, con Alice, mi madre,
adoptamos a Noche
también caminaba
por las calles
Porque a los perros
los tiran a la calle
a nadie importan
menos si son como dicen “indios”
Sin raza no valen
sin raza, no sirven, los desprecian
sin raza, ni para tener hijos
¿Y qué se hace con más chuchos sin raza?
Aguacatera sin tener aguacates
aguacatera sin comer aguacates
tiene su carácter
tiene su dulzura
Manda a las demás
come y traga
se atraganta las sopitas
que nunca tuvo en la calle
También Noche Gauguin, como el pintor
Perra que es de la calle,
come todo lo que le damos y agradece
A Lira, la otra perra mayor, la encontré desde bebé
Pasa el tiempo, los años
y las aguacateras son tres
al atardecer del viernes,
Diama ya llevaba un mes enferma
Desde 2014 han pasado los años
de un día a otro enfermó
de los pulmones, del hígado, de alguna bacteria
pero yo no tengo el virus de la indiferencia
Esa noche, era la noche
recordé los dibujos que hicieron en el lecho de muerte
a Mangoré, a Rubén Darío, a Alberto Masferrer
al ver esa cara de dolor, su respiración era pausada cada vez más
Su lengua, salía del hocico
ya sin fuerzas, su cuerpo no se ponía en pie
ya sin fuerzas, no me escuchaba
cuando yo la llamaba por su nombre: Diama
Esa noche, su respiración
era pausada, aquella alegre chucha
estaba quedando en el pasado
en el presente, ya no me reconocía
La arropé, le cambié la sábana donde yacía
le limpié los ojitos, le acomodé la carita
su respiración era cada vez más pausada
y pensé muchas cosas sobre la muerte
Estamos de paso
estamos a un paso
solo esta vida
es un paso
La aurora nos visitó
un día antes
y esa
noche larga
Llamé triste a mi amiga
sensible a los animales,
María Eugenia Aguilar
me dijo: agradécele, abrázala, y pon una vela
Y cuando me afligí
más por su situación
con la vela encendida a su lado
de repente, su corazón dejó de latir.
.
.
.
Una papalota entró a la habitación donde estábamos. Le cerré los ojitos. Ese viernes 9 de junio fue largo. Alice durmió con ella. La envolvió en un manto blanco. Al día siguiente, el sábado, dos hombres humildes cavaron su tumba bajo un árbol de mango, los pájaros cantaron, cenzontles, ardillas, torogoces, pusimos flores de ginger, júpiter y flor barbona. El domingo, la lluvia que cayó cubrió su cuerpo. Diama…Himántara Diama Xitrán, la verdad está en lo increíble, partió al otro río, al río de la muerte. Allá te veo.
Hasta tiene canción, Tito o JL, compuso en su honor: http://preza.org/orbitalhotel/diama/
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