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Alberto Barrera, Leo Ramírez y Carlos Armando Rivera de pie.

Días de Radio: Noticiarios y sus protagonistas

Alberto Barrera y Leo Ramírez

El conflicto bélico en El Salvador en la década de 1980, nurse stuff entre la guerrilla y el ejército apoyado por los Estados Unidos, purchase creó la necesidad de informar sobre la violencia diaria y la radio con jóvenes estudiantes de Periodismo cumplió las exigencias.

La irrupción universitaria ocurrió mientras el país vivía una etapa de preguerra, drugstore en medio del furor que antecedía a la insurrección armada de la izquierda, que parecía contar con los elementos para  llegar al poder a través de una victoria militar. El triunfo sandinista en Nicaragua les motivaba.

Matanzas, secuestros, asesinatos de dirigentes y población, protestas callejeras multitudinarias, un golpe de estado que intentó detener el conflicto, el magnicidio de Monseñor Oscar Romero  junto a los asesinatos de sacerdotes,  catequistas y monjas eran el diario acontecer en el preludio de la locura.

Francisco Valencia en un campamento guerrillero.
Francisco Valencia en un campamento guerrillero.

En ese ambiente de violencia aparecieron jóvenes reporteros con grabadora o micrófono en mano y otros con cámaras, pues algunos fueron contratados principalmente por agencias de noticias y  cadenas de televisión, periódicos y revistas internacionales para cubrir los sangrientos sucesos que atrajeron la mirada mundial.

Noticias balanceadas y atrevidos reportes desde “el lugar de los hechos” fue lo cotidiano para los ágiles departamentos de prensa en las estaciones que disputaban audiencias.

Aunque no fueron los primeros en abordar los temas de interés nacional, pues la radio desde sus inicios fue informativa, estos jóvenes aludían la realidad del país. Con entusiasmo y valentía transmitían noticias que los diarios y la televisión ignoraban o solo reproducían informes oficiales.

Durante la guerra YSKL, YSU, Sonora, la Central y Radio Nacional contrataron reporteros recién salidos de las aulas universitarias, que trabajaban largas jornadas para noticieros de dos horas por la mañana, tarde y noche, compitiendo por brindar la noticia primero y mejor estructurada.

Los noticiarios eran conducidos por algunos locutores con voces timbradas y engoladas, herencia de “La Época de Oro” en la radio (1950), y otros que realizaban buena lectura de noticias y daban paso a los reporteros con las noticias de última hora, atractivas alertas que la audiencia conocía.

Jorge León.
Jorge León.

Realidades y peligros

Varios estudiantes de Periodismo de la Universidad de El Salvador -la primera en contar con esa carrera desde 1955- ingresaron desde fines de 1970 a estaciones de radio: Raúl Beltrán, Marcos Alemán, Alberto Barrera y Haydee Araujo, entre otros se incorporaron entusiasmados al trabajo.

Beltrán llegó a la KL en donde Antonio Velado, había hecho una labor previa. Él era un veterano hombre de radio y con título de periodista.

En la Cadena Central, que en 1971 había iniciado sus noticiarios, laboraba René Hurtado, un ágil reportero radial y con un estilo sensacionalista que atraía audiencias y se sumó a la labor Haydee Araujo.

Velado, que había salido de la KL, llegó a Sonora y contrató a Marcos Alemán, quien a mediados de 1979 le sustituyó como jefe de Prensa y junto a Alberto Barrera inauguraron una nueva etapa en la emisora que como cadena se había fundado en 1965.

Mientras YSU tenía un equipo que encabezaba Carlos Samayoa Martínez hijo y principalmente lo integraban locutores de cabina y algunos deportivos, solo René Contreras, por ese tiempo era profesor en Periodismo; y Radio Nacional seguía la pauta oficialista.

Venancio Ramírez.
Venancio Ramírez.

Los universitarios se enfrentaban a realidades del periodismo nacional: superar la tentación de recibir dádivas (“mentas”) de algunas instituciones o aparecer en sus listas de empleados a cambio de buenas coberturas, tener bajos salarios, recibir el menosprecio de colegas por celos infundados y hasta la marginación de acceso a algunas fuentes noticiosas.

Pero con todo eso, y contando con el aval de los empresarios radiales, se rompió el esquema conservador del pasado reciente y se fueron abriendo espacios para dirigentes de organizaciones sociales, sindicales y políticos con sus posiciones valientes o críticas.

Algunos periodistas dejaron sus trabajos por presiones o censuras del gobierno, el ejército o de los propietarios de los medios, otros fueron amenazados de muerte, pero la labor de la radio continuo pujante y hasta la radio gubernamental se abrió a las coberturas con mayor libertad.

Visión competitiva en la emisora estatal

Empujada por esa realidad y cambios en la estructura gubernamental por el arribo al poder de la Democracia Cristiana, Radio Nacional cambió a mediados de 1980 sus noticiarios y despachos en vivo. Rompió el esquema oficialista y estableció uno más pluralista, aunque generara descontentos en la administración, recuerda Francisco Valencia, entonces miembro del equipo de reporteros de la estación.

Casi al mismo tiempo que aparecía en el dial Radio Cuscatlán, voz oficial de las fuerzas armadas y usada para actividades contra insurgentes, la Nacional abría espacios para informar de los sucesos noticiosos de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

“Leo, vos eras nuestro director de noticias y junto a Osiris Ramírez, Santos Cuchilla, Edwin Góngora, Marta Herrera y Roldán Amaya cambiamos el rostro de Radio Nacional, su estilo de noticias giró 180 grados al abrir espacios a sindicatos, movimiento guerrillero y otros actores de la vida nacional que habían estado marginados, aunque eso nos causó problemas con el secretario de información Gerardo Lechevallier”, recuerda Valencia, actual director de Diario Co Latino.

La Nacional se unió al esfuerzo previo de otras estaciones, que alertadas por la perspectiva del sangriento conflicto se habían esforzado por una mayor apertura informativa.

“Uno de los hechos que más recuerdo en mi paso por Radio Nacional fue una entrevista que le hiciera a Nidia Díaz durante su cautiverio en el antiguo local de la extinta Policía Nacional, luego que ella fuera capturada por Félix Rodríguez un asesor de la Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) durante un combate en abril de 1985 en el área del departamento de San Vicente”, recuerda Valencia.

Joel Burgos, Francisco Valencia, Alberto Barrera y el Coronel Juan Rafael Bustillo en 1980.
Joel Burgos, Francisco Valencia, Alberto Barrera y el Coronel Juan Rafael Bustillo en 1980.

“La entrevista a Nidia me dio la oportunidad de saber cómo se encontraba, ya que ambos pertenecíamos al FMLN, de otra manera no hubiera sido posible saber de su condición emocional y de salud”, agregó el veterano periodista.

Nidia Díaz integraba el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), al cual Valencia también perteneció integrando la estructura de propaganda de esa fracción del FMLN durante el conflicto.

Valencia reconoció su militancia en la guerrilla desde hace algún tiempo, otros lo han hecho recientemente y algunos mantienen en secreto su participación, pero muchos simpatizaron con los ideales del cambio propuesto por los rebeldes, ante los duros años de represión y el escaso margen de libertades políticas.

El 24 de Octubre de 1985 el presidente Napoleón Duarte liberó a Nidia junto a un centenar de rebeldes lisiados de guerra y otros 22 reos políticos, como parte del canje por su hija mayor Inés Guadalupe, secuestrada por un comando de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), junto a Cecilia Villeda, el 10 de septiembre de ese año. Los rebeldes también liberaron a 33 funcionarios capturados, entre ellos varios alcaldes.

Ése hecho y otros sucesos eran abordados sin mayores aspavientos por las estaciones noticiosas, superando la visión de los periódicos y de los canales de televisión.

Antecedentes del periodismo radial

La historia de la radio informativa en el país es muy amplia y abunda en casos de valentía de periodistas, locutores y empresarios radiales que asumieron los riesgos en momentos de tensión y violencia.

Estos hombres reportaron bajo su riesgo los hechos relacionados a golpes de estado o bajo la ley marcial en sucesivas ocasiones y con osadía cubrían protestas callejeras de sindicatos, partidos políticos y organizaciones populares que expresaban su oposición a sucesivos gobiernos.

Luego de la llegada de la radio el 1 de marzo de 1926, con la estatal AQM (siglas del presidente Alfonso Quiñónez Molina), exceptuando los años de dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez -de 1931 a 1944- hubo avances en el periodismo en radio, pues en esos 13 años solo se escuchaban noticias afines.

“YSU fue una de las emisoras que desde su inauguración, el 2 de diciembre de 1946, mantuvo una producción con la que entró a competir con el resto de emisoras que igualmente contaban con programas informativos…” entre sus actividades, recuerda René Contreras, periodista y ex director del Departamento de Periodismo de la Universidad de El Salvador.

Contreras es autor del libro “La radiodifusión en El Salvador”, que tiene datos sobre la historia del medio desde su aparición en el país.

En 1978 se incorporó al equipo de reporteros y redactores en YSU, el cual era dirigido por Carlos Samayoa Martínez y que integraban veteranos periodistas y un grupo de locutores que tenían turnos o programas deportivos como Mauricio Morataya, Ismael Nolasco, Julio César Tobar “Piedrasanta” entre otros.

Ese equipo fue sustituido por otro de jóvenes periodistas en marzo de 1983: Alberto Barrera, Marcos Alemán y Leo Ramírez, apoyados en producción por Jorge León.

Y fue YSU en donde Napoleón González, el primer graduado de Periodismo en la Universidad, fue el primero en dar avances a inicios de 1960. “Fue el promotor de las noticias desde el lugar de los hechos, usando teléfonos de oficinas públicas, cabinas telefónicas y otros sitios”, dijo Contreras.

En YSU también laboró a mitad de los 60 Renán Alcides Orellana, otro graduado de Periodismo, ex profesor y ex director de ese departamento, hoy activo columnista y escritor.

En YSKL los antecedentes llegan desde 1958 con el noticiero “Medio día”, que dirigía el poeta y escritor Oswaldo Escobar Velado, que tenía entre sus reporteros a Roque Dalton y Roberto Cea, ambos miembros de la “Generación Comprometida” y activos en los movimientos políticos de la izquierda.

Ese noticiero fue cerrado al poco tiempo por órdenes del presidente, José María Lemus, en uno de sus abusos del poder, pero la emisora siguió posteriormente con las noticias.

Contreras y Edgardo Cuéllar, reportero y conductor de noticias, recuerdan el trabajo de Radio Reloj en 1961 dirigida por Omar González en la que hubo dinamismo. Acusada de “comunista” la radio desapareció luego de dos años de boicot publicitario.

Y Radio Popular, incendiada por desconocidos la madrugada del 20 de septiembre de 1971, ambos la recuerdan como una emisora informativa en la que el locutor Antonio Guerrero fue su principal artífice. Inaugurada en 1964 jugó un papel importante en la huelga de los maestros de Andes 21 de junio en 1968, entrevistando a los dirigentes Mélida Anaya Montes y Mario López.

Cuéllar rememora su labor en la década de 1970 laborando como conductor del noticiario matutino “La Verdad en el Aire” del periodista Jorge Armando Contreras (+) y “Radio Prensa” a la una de la tarde, que él producía y conducía, en YSC Radio Internacional de Felipe Ochoa Valenzuela.

Esa emisora rentaba espacios a periodistas como Jorge Armando, Edgardo y otros, y permitía mensajes políticos en tiempo pagado, un “fenómeno”  que contribuyó a escuchar variedad de posiciones e informativos, previo a la brutal guerra civil.

Cuéllar fue gerente de la estación y contó con el apoyo del dueño, hasta permitir que al inicio del conflicto en sus estudios se grabaran “campos pagados” de organizaciones populares o en un apartado cuarto del caserón que ocupaba YSC “grabábamos comunicados” con Chamba Juárez y posiciones de la guerrilla, que “después llegaban armados y encapuchados” para transmitirlos en “una de las tantas ocupaciones de radios”, dijo en una entrevista para esta crónica.

El veterano locutor y ex reportero dijo que esa colaboración la realizaba por su “militancia” en las FPL, uno de los cinco grupos que integraron el FMLN.

Los Sucesos de Hoy en YSKL

La radio YSKL creó en 1964 “El Informador KL” y un año después “Radio Informaciones KL” dirigido por Rodolfo Vásquez (+) y en 1967 llega Antonio Velado, un dinámico y agresivo periodista.

KL también competía durante la guerra civil por captar audiencias. Sus noticiarios y los eventos deportivos fueron los ejes para ganar oyentes y “Los Sucesos de Hoy”, un resumen noticioso elaborado por el departamento de Prensa dirigido por Belarmino García (+) y conducido por Tony Alvarenga, fue uno de los favoritos en la franja de las diez de la noche.

El estilo dinámico de Tony y los despachos de última hora del periodista Beltrán, junto al trabajo  de los estudiantes de Periodismo Oscar Venancio Ramírez y Javier Najarro, Argelia Aguilar, Abiú Segovia, Rosi Castillo, Arnoldo Batres, Paco Benítez y Emilio Pleitéz Quiroa mantuvieron a su audiencia “debidamente informados”.

“El éxito de los Sucesos de Hoy era la instantaneidad de las informaciones nocturnas y la forma versátil de Tony de contar las noticias, ese estilo que le gusta a la gente y no esa forma cuadrada de presentar las noticias como desafortunadamente se sigue haciendo en muchas radios de el país,” afirmó Venancio Ramírez, actual director de noticias de Radio Nacional de El Salvador.

En 1980 los recursos tecnológicos en comunicación eran limitados, ya que a falta de celulares la opción era el uso de auriculares en cabinas telefónicas públicas o las grabadoras Sony o Marantz con espiga para micrófono con los que se grababan los reportes y luego se transmitían al aire.

“Recuerdo haber estado en la línea de fuego en una ocasión cuando comandos urbanos atacaron la seguridad de Casa Presidencial (San Jacinto), esto fue en horas de la noche y transmitir era difícil pues no disponíamos de la tecnología de hoy, de manera que siempre procurábamos andar bastantes monedas sueltas por cualquier eventualidad, y esa noche no fue la excepción. Desde un teléfono público reporté al programa de Tony que hacia finales de los 80s era una cadena nacional con mucha audiencia”, recuerda Ramírez.

Durante la guerra los periodistas también tuvieron que luchar contra la censura del gobierno y de la fuerza armada que controlaban el contenido de los despachos informativos, para evitar que la ciudadanía pudiera conocer lo que estaba sucediendo, como los de la Ofensiva general del FMLN “Hasta el tope” en noviembre de 1989.

“Recuerdo que el 13 de noviembre de 1989, yo interrumpí la cadena de radio a las seis de la mañana y luego de diez minutos de estar transmitiendo mi despacho informativo me callaron desde el Estado Mayor de la Fuerza Armada y a don Manuel Flores, propietario de YSKL, lo amenazaron con quitarle la frecuencia de radio”, dijo Ramírez.

“Preocupado salí a resguardarme al Hotel Camino Real que era el cuartel de la Prensa Internacional y sin disponer un tan solo centavo para alimentarme me encontré a mi amigo de toda la vida Luis Romero “La Muñeca” en la entrada al hotel y le expliqué lo que me había pasado, y me dijo no te preocupés, aquí vas a comer de alguna manera la AP (Associated Press) nos va a ayudar”.

El uso de la “banda ciudadana” para informar

Durante la guerra las emisoras trataban de encontraron recursos tecnológicos para rastrear información y la banda ciudadana y radios de onda corta fueron importantes.

En 1968 YSKL intentó crear una “unidad móvil” a través de una “banda lateral” que usaban radio aficionados, pero lo prohibió la autoridad de telecomunicaciones de la época, relata René Contreras en su libro.

Y en esos primeros años del conflicto la radio juvenil “Mil 80” se convirtió en una de las pioneras en el uso de esa banda civil, gracias a su alianza con el club los “Once metristas de Torogoz”. Sus radioescuchas resultaron beneficiados, pues las alertas eran muy importantes.

Jorge León ex-locutor de esa estación y actual creativo publicitario y productor de televisión dijo que en “los primeros días de la guerra, yo trabajaba en IPC, una agencia publicitaria. Una empresa que fabricaba radios Sanyo en nuestro país no pudo pagar los costos de la publicidad que habíamos creado para ellos y terminaron pagándonos con equipos electrónicos, una especie de canje obligado”.

Fue entonces que “me fijé en un radio de dial redondo que tenía hasta SW4 (onda corta), justo esa banda al comienzo tenía once metros, me lo llevé a casa y yo escuchaba la comunicación entre once metristas. Un día lo llevé a la ´Milo´ y creo que la idea la potenció Adalberto Melara quien ni corto ni perezoso utilizó el sistema”.

Los reportes prevenían a los radio escuchas de esa estación radiofónica de no circular por calles o avenidas donde había explotado una bomba en un poste del tendido eléctrico o en una caja telefónica o de cualquier otro peligro. Los reportes de prevención de los locutores de Mil 80 también los usaban periodistas en otras estaciones radiofónicas, medios impresos y televisivos y agencias extranjeras.

El monitoreo de esas y otras bandas permitían por medio de “scaners” escuchar la comunicación que sostenían los rebeldes que en 1984 tenían cautiva a la hija del presidente Duarte con los negociadores para liberarla. Eso mantuvo al tanto del suceso a corresponsales extranjeros.

Otro recurso que los periodistas utilizaron fue la radio de onda corta, en sus frecuencias sintonizaban las emisoras clandestinas Venceremos y Farabundo Martí, en las que los rebeldes difundían sus “partes de guerra” o acciones políticas en lo que llamaban “Zonas de control”.

A través de esa onda los reporteros escuchaban noticiarios de emisoras internacionales donde transmitían noticias del conflicto salvadoreño desde una perspectiva diferente.

León, quién también fue Director de Programación de YSU entre 1983 y 1985, hace memoria de lo eficiente que era su uso. “Recuerdo una noche como a eso de las siete me puse a escuchar Radio Netherland donde transmitían noticias del asesinato de un asesor norteamericano cerca de la UCA. Nuestro director de noticias Alberto Barrera no había incluido la nota en la radio, como pude corrí a un teléfono público y le comunique la nota a Alberto. Luego se dieron más detalles de ese hecho”, dijo.

“Recuerdo que Fernando de la Paz Parada (+) llevó esa costumbre de dar paso al despacho de Radio Netherland a YSKL. Creo que Fernando sabía que esa radio no andaba con tapujos para decir la verdad de lo que ocurría en Latinoamérica”, afirmó León.

Esos días de radio, escuela para nacientes reporteros, reflejo de la realidad y el compromiso de vinculados a la industria de la radiodifusión, son parte de ese pasado rico en experiencias en el trabajo de periodistas. El medio se ha transformado y dio paso a “talk shows” con algunas mentes ágiles y otras creativas, pero son pocos los que mantienen el ideal del periodismo.

Alberto Barrera y Leo Ramírez, periodistas salvadoreños.

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