Mauricio Vallejo Márquez
Escritor y coordinador
Suplemento Tres mil
La sabiduría del pasado sigue siendo fuerte y robusta cuando nos da paso para andar por nuestros actuales caminos, eso me lo demuestra una larga lista de autores que siguen dándome fuerza y vida cuando los conozco.
Se tiene la mala costumbre de apartar lo moral de la aplicabilidad de una técnica, olvidando que lo moral es lo que hace íntegro al individuo que hará algo. Ya no se diga un maestro. Por esa razón leer a Juan Amos Comenio resulta imprescindible, aunque algunos afirmen que habla más del comportamiento que de la acción a tomar. Comenio utiliza todos esos elementos para soportar o dar base a la forma en que el profesor debe de comportarse para generar un mejor desarrollo, en primer lugar porque todo cambio o revolución educativa parte primero del individuo, y a su vez desde el instante de la creación de la humanidad como se muestra en la Sagrada Biblia donde nos habla que Dios creo al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. Ahora bien, el hecho de ser creados nos dice que somos individuos perfectibles, que buscamos la perfección y ser un reflejo de nuestro Creador y por lo tanto no solo es depositario de la dignidad y la excelencia, sino también de “sabiduría del entendimiento, prudencia al actuar y piedad del corazón”, porque al tener la moral necesaria para ser íntegro la enseñanza brinda una buena dirección para el camino que como docente debe saber.
Existen personas que afirman que no todos están diseñados para la educación formal, Comenio sí lo cree y considera que todos tienen posibilidad. Quizá uno de los aportes hermosos que dio es afirmar que las mujeres igual que los hombres pueden educarse.
Otro punto interesante del planteamiento de Comenio es la clasificación por edades dentro de un ambiente educativo, sabedor que la educación en un mismo ambiente con personas de la misma edad es beneficioso
El pensamiento de Comenio es importante no solo porque continua vigente, aunque pueda adaptarse a las distintas realidades que vive en la actualidad el mundo, sino porque también nos recuerda ciertos ideales para el comportamiento de los maestros. El reconocer a Dios o en su defecto la espiritualidad positiva encaminada a generar seres humanos con la ética que exige la coexistencia es no solo importante sino también fundamental. Por ello su uso en el individuo es importante, pero si este individuo es el docente aún es mejor porque no solo se aplicará la disciplina en el hombre, sino en la enseñanza y la formación, confiando en que el profesor es un individuo humanista y cristiano, como dice nuestro amigo Comenio..
Los aspectos que muestra Comenio en su trabajo Didáctica Magna están adelantadas a su tiempo, logró enmarcar terminos que podrían ser reconocidos como de moral teológica combinada con la alquimia. Sin embargo, es precisamente la realidad de la época. Si en ese tiempo su didáctica hubiese sido aplicada en la totalidad desde esa fecha tendríamos un mundo más evolucionado, humano y moral.
Pero no todo es malo en nuestro tiempo, porque gracias a la visión de este excelso pensador y pedagogo nosotros podemos procurar ese camino de perfectibilidad imitando su pensamiento, adaptándolo a nuestra realidad y a nuestro trabajo siendo docentes integrales, en ese hermoso equilibrio del ser y hacer, para convertirnos en el referente que necesitan nuestros estudiantes y nuestra sociedad para caminar rumbo a un mundo más justo y mucho más humano.
El cambio radica en nosotros, en nuestra disciplina, en nuestro conocimiento. Si logramos cambiar y manejar nuestra vida, podremos guiar y ayudar a desarrollarse a otros seres humanos.
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