Por Usman Sharifi/Mushtaq Mojaddidi
Kabul/AFP
Al menos 16 personas murieron durante un ataque contra la universidad estadounidense de Kabul que duró más de diez horas y durante el cual los estudiantes lanzaron desgarradores pedidos de auxilio.
Este ataque contra este establecimiento de élite que acoge a 1.700 estudiantes no fue reivindicado hasta ahora.
«Dieciséis personas, entre las cuales 8 estudiantes, murieron y otras 53 resultaron heridas», indicó a la AFP el portavoz del ministerio de Salud, Waheed Majroh, añadiendo que algunos se encuentran graves. Un balance anterior mencionaba doce muertos.
El número de agresores no está claro, pero la policía de Kabul indicó haber matado a dos de ellos durante su operativo en el campus al amanecer.
El ejército afgano, asistido por consejeros militares de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, rápidamente rodeó el recinto.
Centenares de estudiantes fueron evacuados durante la noche. Algunos aterrorizados y entre lágrimas fueron escoltados fuera del campus tras finalizar el ataque.
«Los estudiantes se empujaban unos a otros al saltar por la ventana del aula», cuenta Farzana, una joven que logró escapar.
«Yo no quería saltar, pero otro estudiante me empujó y caí. No me acuerdo del resto», añadió.
Escenas de pánico
El ataque comenzó a la noche del miércoles con la explosión de un coche bomba frente a la entrada de la universidad. De inmediato decenas de soldados rodearon el centro de estudios e ingresaron en busca de atacantes y eventuales rehenes.
«Hemos terminado la operación. Dos atacantes fueron abatidos», había explicado a la AFP el jueves al amanecer el jefe de la policía judicial de Kabul, Fraidun Obaidi.
Cientos de estudiantes habían quedado atrapados en el ataque –la universidad suele estar repleta a la noche con los jóvenes que trabajan durante el día y cursan estudios vespertinos– y fueron liberados progresivamente durante la madrugada, de acuerdo con reportes de prensa.
«Estamos encerrados en un salón de clase (…) Escuché explosiones, hay disparos cerca de aquí. Nuestra clase está llena de humo y de polvo, estamos atrapados en el interior y tenemos mucho miedo», había relatado telefónicamente un estudiante contactado por la AFP.
Otros estudiantes lanzaron desesperados mensajes de ayuda por Twitter, entre ellos Massud Hossaini, fotógrafo de Associated Press y ganador del premio Pulitzer.
«Con unos amigos hemos escapado, pero muchos otros compañeros y profesores están bloqueados adentro» tuiteó el fotoperiodista.
«Muchos estudiantes fueron evacuados» indicó el portavoz del ministerio del Interior, Sediq Sediqqi, al informar que «fuerzas especiales comenzaron las operaciones de limpieza», agregó
La Universidad estadounidense de Afganistán comenzó a trabajar en 2006. Tiene intercambios con las universidades de Georgetown y Stanford entre otras, y se presenta como la «única universidad privada, sin fines de lucro y mixta» de Afganistán, país en el cual hombres y mujeres están generalmente segregados.
Ofensiva talibán
Este ataque se produjo dos semanas después del secuestro de dos profesores de esta universidad privada, uno estadounidense y el otro australiano, de los cuales se ignora su paradero.
En forma coincidente los talibanes han lanzado una ofensiva contra el gobierno afgano sostenido por Occidente y han multiplicado los atentados en todo el país.
Los insurgentes amenazan actualmente la ciudad de Lashkar Gah, capital de la provincia de Helmand, defendida por tropas leales a Kabul con apoyo estadounidense.
Helmand es una de las regiones donde se cosecha la amapola, base del opio y que sirve para financiar la insurrección de los talibanes.
Miles de civiles han huido de los combates en esa región en las últimas semanas, generando una crisis humanitaria por la falta de alimentos y agua.
Los talibanes amenazan también otra capital provincial, Kunduz, nudo estratégico en el norte del país y que habían ocupado efimeramente el año pasado, en lo que constituyó su mayor victoria militar desde que fueron desalojados del poder por la invasión de tropas occidentales en 2001.
Las fuerzas de la coalición internacional aseguran que ninguna de las dos ciudades, ni Kunduz ni Lashkar Gah, corren el riesgo de caer en manos de los talibanes.