JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO
Byung-Chul Han, filósofo alemán de origen surcoreano, escribe “No-Cosas: quiebras del mundo de hoy” en el dos mil veintiuno1. Arranca citando a la escritora japonesa Yoko Ogawa. Su novela, “La policía de la memoria”, describe un régimen totalitario que destierra cosas como una analogía de nuestro tiempo.
Han afirma que el mundo se vacía de cosas y se llena de información. Deduce que el orden terrenal está siendo sustituido por el orden digital. Las no-cosas penetran nuestro entorno y desplazan a las cosas. Las cosas estabilizan la vida humana. Su unicidad radica en que, los hombres pueden recuperar su identidad al relacionarse con ellas.
Por el contrario, las informaciones no son unidades estables y carecen de la firmeza del ser. Actualmente, nuestra obsesión no son las cosas, sino, la información y los datos. Consecuencia de esto es la infomanía, es decir, nos hemos vueltos infómanos. La informatización del mundo convierte las cosas en infómatas. En la infoesfera, nos comunicamos e interactuamos como infómatas, como actores que procesan información. Y nuestro espacio de memoria, se asemeja cada vez más a una memoria informática, llena de acopio de información de todo tipo.
Han señala que las narraciones crean significado y contexto. El orden digital carece de historia y memoria, fragmentando la vida. La infoesfera nos ayuda a tener más libertad, al mismo tiempo, nos somete a una vigilancia y un control creciente. Con la aparición del smartphone ya no somos autónomos, sino, dirigidos por diferentes actores. Y en un mundo controlado por algoritmos, el ser humano va perdiendo su capacidad de obrar por sí mismo.
El aumento del suministro informativo nos sumerge en una sociedad post fáctica, donde la información circula sin referencia alguna a la realidad. La inteligencia artificial convierte las cosas en infómatas y el hombre deja de actuar y de pensar, acercándose al phono sapiens, quien únicamente toca con los dedos su smartphone, despidiéndose así de esa libertad ligada a la actividad. El smartphone da una sensación de libertad que refuerza el egocentrismo. Pero, la comunicación a través del smartphone es descorporeizada y sin visión del otro. El smartphone es un medio que combina imagen e información. Y la conversión del mundo en imágenes produce una realidad hiperreal. El smartphone no solo es un infómata, sino, un informante eficiente que vigila permanentemente a su usuario.
Han advierte que nos encaminamos hacia una era trans y post humana, en la que la vida humana será un puro intercambio de información. Los lazos fuertes pierden cada vez más importancia. En cambio, los lazos débiles aceleran el consumo y la comunicación. Hoy no tenemos tiempo para el otro, pero, solo el tiempo del otro crea lazos fuertes. Lo sagrado esté ligado al silencio: nos hace escuchar. La hipercomunicación desacraliza y profana el mundo: nadie escucha. La basura de la información y la comunicación destruye el paisaje silencioso.
INFOCRACIA
Byung-Chul Han, publicó “Infocracia: la digitalización y la crisis de la democracia” en el dos mil veintidós2. Inicia dicha obra definiendo lo que es el Régimen de la Información. Lo define como una forma de dominio, en la que la información y su procesamiento, mediante algoritmos e inteligencia artificial, determinan procesos sociales, económicos y políticos.
Precisa que el acceso a la información se utiliza para la vigilancia política y el pronóstico del comportamiento. En este sentido, el régimen de la información se ha articulado al capitalismo de la información, que resulta en un capitalismo de la vigilancia.
Han compara el régimen de la disciplina, como denomina al capitalismo industrial, y el régimen de la información. En el capitalismo industrial, todo el mundo es un engranaje, dentro de la maquina disciplinaria del poder. Mientras que, en el régimen de la información, el sujeto se cree libre, auténtico y creativo. La vigilancia en el régimen de la información, tiene lugar, a través de los datos. Manifiesta que el objetivo del poder disciplinario biopolítico es el cuerpo. En el régimen de la información, su interés no está en el cuerpo, se apodera de la psique, mediante la psicopolítica. En el régimen de la disciplina, el confinamiento y el aislamiento, garantizan la visibilidad de los sometidos. En la sociedad de la información, los medios de reclusión del régimen de la disciplina, se disuelven en las redes abiertas. Y es que la tecnología de la información digital, hace de la comunicación un modo de vigilancia. Cuantos más datos generemos, más eficaz será la vigilancia. El teléfono móvil, es el instrumento de vigilancia y sometimiento. Ya que las personas, en el régimen de la información, no se sienten vigiladas. La sensación de libertad asegura la dominación. Las personas se esfuerzan por alcanzar la visibilidad por sí mismas. Ellas mismas se colocan los grilletes, al comunicar y producir información.
De igual forma, los influencers, como inductores o motivadores, son venerados como modelos a seguir. Los influencers se muestran como salvadores y los seguidores, como discípulos que participan en una eucaristía digital. El régimen de la información no forma masas, sino, enjambres digitales que siguen a sus influencers. Ser libre no significa actuar, sino, hacer clic, dar like y postear. El habitante del mundo digitalizado, es alguien con un perfil. La elaboración de un perfil de comportamiento, a través de la big data y la inteligencia artificial, pone al régimen de la información en condiciones de influir nuestro comportamiento.
Por tal motivo, Han supone que la democracia está degenerando en una infocracia. El dispositivo de registro psicométrico, para obtener información psicográfica y así tener perfiles que permitan predecir el comportamiento de una persona es, el smartphone. La psicometría es ideal para el marketing político. El micro targeting utiliza perfiles psicométricos, de esta manera, manipula a los votantes, con publicidad electoral adoptada a su psicograma. En la infocracia, las campañas electorales degeneran en una guerra de información a través de un ejército de troles y bots que difunden fake news.
La pretensión de validez de las tribus digitales, como colectivos identitarios, es absoluta. Fuera del territorio tribal solo hay enemigos, otros a lo que combatir. Entonces, la progresiva tribalización de la sociedad, pone en peligro la democracia. Han repara que un nuevo nihilismo se extiende en nuestros días, fruto de las distorsiones patológicas de la sociedad de la información. La realidad y las verdades fácticas se han esfumado. La información circula, desconectada de la realidad en un espacio hiperreal.
RETÓRICA DEL PODER Y ESPERANZA
El Salvador vive un fenómeno de populismo utilizado como experimento social para el control y manipulación de la población3. La retórica del poder oficial manipula la información a nivel nacional e internacional, llevando a la población a la sumisión y al conformismo generalizado.
La concentración total del poder en un grupo oligárquico y hegemónico, cercano al ejecutivo, ha provocado la eliminación y la exclusión de la participación política de otros. Y con su retórica virtual, ha creado una alineación total de los medios de comunicación tradicionales y digitales, causando sumisión y apatía en los ciudadanos.
La falta de educación y análisis crítico lleva a que la manipulación masiva se regularice. Pero, esto no es sostenible a largo plazo. La acumulación de inconformidades y la incipiente organización de la resistencia social, hace prever el peligro de una explosión social a mediano plazo. La única solución para evitarlo es la recuperación de alternativas democráticas y la eliminación de la concentración del poder.
Miguel A. Saavedra, articulista del semanario El Independiente, mira que un constructo mesiánico es el que tiene postrado al pueblo salvadoreño4. Lo mantiene adormecido, sonámbulo y boquiabierto con la dictadura del like, donde la realidad se convierte en un reality show bien montado. El pueblo salvadoreño vive encajonado en una realidad virtual que lo distrae de sus propias falencias, de la realidad cruda y viva que lo mantiene analfabeto y semi instruido.
Pero hay quienes luchan por sacarlo de la ignorancia y enseñarle a ver la verdad. Estos enfrentan el imperio digital con heroísmo. La esperanza es la llama que ilumina un porvenir más justo y verdadero.
(Endnotes)
1. Han, Byug-Chul. No-Cosas: quiebras del mundo de hoy. En: https://catedradatos.com.ar/
2. Han, Byung-Chul. Infocracia: digitalización y la crisis de la democracia. En: https://perio.unlp.edu.ar/
3. La retórica virtual: pan y circo digital. En: https://www.elindependiente.
4. Saavedra, Miguel A. En El Salvador: sometidos a la red zombi digital. En: https://www.elindependiente.