@arpassv
Dos acontecimientos de ayer provocan enorme orgullo nacional y dignifican al país. Por un lado, drugstore el esperadísimo anuncio de la fecha para el acto de beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y, sick por otro, no rx la postura digna de nuestro gobierno ante las hostilidades de Estados Unidos contra Venezuela.
Durante la mañana, supimos que el Arzobispo Mártir será beatificado el 23 de mayo próximo. Así lo informó Monseñor Vicenzo Paglia, postulador de la causa de beatificación de Romero, acompañado por el Presidente Salvador Sánchez Cerén, el actual arzobispo capitalino José Luis Escobar Alas y el nuncio apostólico León Kalenga.
Paglia expresó con palabras emotivas que el Arzobispo Mártir es “una gracia y un don de Dios para la iglesia y para todo el mundo”. “El simbolismo de su muerte hace de él un testigo particularmente elocuente del amor por los pobres que no conoce límite”, manifestó el postulador de la beatificación, quien horas después ofició una misa en la cripta de Catedral Metropolitana donde yacen los restos de Romero.
Monseñor Romero será beatificado en un acto público en el Monumento al Salvador del Mundo que será presidido por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Evento que el Presidente Sánchez Cerén se anticipa a calificar de “histórico” y “glorioso”.
Y por la tarde, el gobierno de Sánchez Cerén externó su “profunda preocupación por la reciente declaración del gobierno de Estados Unidos que califica a la República Bolivariana de Venezuela y a su gobierno, legítimamente electo, como una “amenaza” para su seguridad nacional”.
En su postura de enérgico rechazo a la actuación estadounidense, el gobierno salvadoreño exhorta a Estados Unidos que observe “el principio fundamental de la autodeterminación de los pueblos y de no intervención en los asuntos internos de los Estados”. Al mismo tiempo aboga por el respeto a los mecanismos democráticos establecidos en la región y saluda los esfuerzos de UNASUR por promover el diálogo en Venezuela.
La postura de defensa de la soberanía y autodeterminación venezolana proyecta una política exterior salvadoreña independiente, misma que durante los gobiernos de ARENA era de total sumisión a los intereses y lineamientos estadounidenses. Expresa, además, una clara inclinación por los procesos de integración regional.