Washington / AFP
Sebastian Smith
Jason Greenblatt, un arquitecto clave del muy retrasado plan de paz israelo-palestino del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su renuncia el jueves.
Greenblatt, que desde 2017 trabajó codo a codo con el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, en un proyecto para resolver el conflicto en Medio Oriente, dijo en un comunicado que estar en la Casa Blanca había sido «el honor» de su vida.
«Estoy realmente agradecido de haber trabajado para tratar de mejorar la vida de millones de israelíes, palestinos y otros», tuiteó luego.
Un alto funcionario gubernamental dijo que Greenblatt quería pasar más tiempo con su familia, que se fue en buenos términos y «mantiene la confianza del presidente».
Antes de que el magnate republicano fuera elegido a la Casa Blanca a fines de 2016, Greenblatt fue su asesor legal dentro de la Organización Trump durante dos décadas.
«Jason ha sido un gran y leal amigo y un abogado fantástico», dijo Trump en Twitter, al anunciar que Greenblatt pasaría al sector privado y agradecer «su dedicación a Israel y a la búsqueda de la paz entre israelíes y palestinos».
La partida de Greenblatt agrega otro signo de interrogación sobre el controvertido plan, que Trump describió como el «acuerdo del siglo» pero que aún no ha sido revelado y ya fue rechazado por los palestinos.
Hace una semana, Greenblatt dijo que el proyecto no se daría a conocer antes de las elecciones legislativas en Israel programadas para el 17 de septiembre, en las que se decidirá la permanencia en el poder del primer ministro Benjamin Netanyahu, un aliado de Trump.
Pero Ilan Goldenberg, negociador de Medio Oriente durante el gobierno de Barack Obama, dijo que la verdadera razón del retraso serían las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año próximo.
«El plan de paz de Kushner para Medio Oriente no verá la luz antes de noviembre de 2020, si es que la ve alguna vez (mi apuesta es nunca)», tuiteó tras el anuncio.
– «No era imparcial» –
Trump se ha jactado repetidamente de ser el presidente estadounidense más proisraelí de la historia. Su visión para la paz en Medio Oriente se basa en una importante inyección de capital extranjero en la región: 50.000 millones de dólares de inversiones internacionales en los Territorios Palestinos y los países árabes vecinos durante diez años, según lo anunciado por Kushner.
Pero los líderes palestinos, que se han negado a hablar con la administración Trump desde que reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y cortó la mayor parte de la ayuda bilateral, ya rechazaron el plan de Estados Unidos.
Tras conocerse la noticia de la partida de Greenblatt, Netanyahu dijo que le agradecía «por su dedicado trabajo por la seguridad y la paz y por nunca dudar en decir la verdad sobre el Estado de Israel a sus detractores».
Hanan Ashrawi, un alto funcionario palestino, señaló sin embargo que Greenblatt «nunca perdió la oportunidad de atacar a los palestinos».
«Nadie lo vio de ninguna manera imparcial o neutral. Estaba totalmente comprometido, no con la paz, sino con la justificación de todas las violaciones israelíes», dijo a AFP.
«Pienso que se trata de un reconocimiento del fracaso», aseguró a la AFP Ashrawi
Greenblatt indignó a diplomáticos europeos en la ONU en julio, al criticar ante el Consejo de Seguridad el «consenso internacional» como forma de poner fin al conflicto israelo-palestino.
«No se creará una paz integral y duradera por mandato del derecho internacional o por resoluciones poco claras y confusas», afirmó, enfatizando que el conflicto solo se resolverá con un diálogo entre ambas partes.