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Redacción Nacionales
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En la eucaristía dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, el sacerdote Marvin Mejía Funes enfatizó que Dios pide a cada uno no fijarse solamente en las apariencias, sino en el interior, porque es grato a los ojos de Dios quien no roba, dice la verdad, es honesto y leal, todo eso se resume en el amor.
Mejía hizo un llamado a interiorizar y analizar lo que más importa en la vida de cada uno, si tiene más énfasis aferrarse a las cosas terrenales como la fama, belleza física, dinero o darle a Dios el primer lugar en la jornada diaria. Un corazón herido necesita ser sanado, porque está muy inclinados al pecado y si no se aferra a Dios otra cosa lo sustituirá.
“Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón, dejemos que Dios nos ilumine, ese es un gran problema en nuestra sociedad y mente, tenemos tantos prejuicios y no nos dejamos enseñar, ya sea por nuestra edad o por lo que represento, hay que saber escuchar y tener humildad, la espiritualidad no se reduce a nuestros gustos, ante todo tiene que estar Dios, la unión y comunión con la iglesia; por eso dejémonos instruir, tenemos que saber escuchar a Dios y lo que él quiere”, externó.
El religioso manifestó que es necesario escuchar los mandatos del Señor, los cuales se resumen amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, pero también es importante ser paciente y aprender a perdonar, pues el perdón viene del amor y ese resentimiento alojado en el corazón solo Dios lo puede sanar y restaurar, porque él no se fija en apariencias sino en el interior del hombre.
“Estemos atentos si de nuestro corazón sale más orgullo que amor, muchas veces en nombre de la justicia queremos vengarnos, pero todos necesitamos el perdón de Dios y todos le fallamos. Reconócete necesitado de Dios, acerquémonos a la fuente que es Dios, y en todo momento sea él quien transforme nuestro corazón con la práctica diaria y constante de su palabra”, mencionó el sacerdote.
Durante la procesión de ofrendas se presentó la Biblia, simbolizando que desentrañarla a profundidad orienta a cumplir la voluntad de Dios, y no seguir normas y tradiciones humanas dañinas e innecesarias. Asimismo se presentó la frase “Interpreta las leyes sin hipocresía”, como signo de responsabilidad cristiana de interpretar con sabiduría la ley de Dios y las terrenales, tal como lo hizo Monseñor Romero.
