@BeatrizCoLatino
El director de la Policía Nacional Civil (PNC) Mauricio Ramírez Landaverde tildó de “cobardes” a los responsables de ejecutar y ordenar asesinatos en contra de agentes policiales.
El director policial se trasladó ayer hasta Izalco, buy para verificar el procedimiento y el operativo, sildenafil tras el asesinato del séptimo agente policial, quien se desempeñaba en la división de tránsito terrestre.
De acuerdo con la información, el agente se encontraba en su vivienda realizando labores del hogar, cuando sujetos lo sorprendieron y asesinaron.
“Son cobardes, son viles asesinos, ellos están esperando, ellos tienen la expectativa que con estos ataques nos van a doblegar, que van a obligarnos a reducir la operatividad”, dijo Ramírez Landaverde.
Agregó que “la PNC está al frente y va seguir al frente de la institucionalidad”.
Durante este inicio de año, siete agentes han sido asesinados. Según la información de las autoridades los grupos delincuenciales están intensificando sus operaciones y ataques para presionar, en este contexto electoral que se vive.
Ayer luego del asesinato del agente René Alonso Mezquita, se montó un operativo y se procedió a detener a varios pandilleros.
Y entre la noche de miércoles y la madrugada del jueves, la Fiscalía alertó del asesinato de otro agente, Jacobo Melgar, en Carolina, departamento de San Miguel.
La víctima fue atacada “por la espalda”, cuando caminaba hasta su casa en compañía de su esposa. Por el hecho se procedió a la detención de siete personas en vías de investigación.
La PNC también confirmó el hallazgo de cinco cadáveres, cuatro hombres y una mujer, en un predio baldío de Plan del Pino, en el municipio de Ciudad Delgado.
Las investigaciones indican que las víctimas no fueron ejecutadas en la zona, que podrían haber sido trasladados y abandonados en la zona escabrosa.
Para la recuperación de los cadáveres, por lo difícil del acceso, se tuvo que pedir la colaboración de los cuerpos de socorro.
Uno de los socorristas que participó en la recuperación, dijo que las víctimas tenían señales de tortura y que algunos estaban semidesnudos.
La víctimas fueron identificadas como María Elena Osegueda, Juan José Osorio Osegueda, José Guillermo Osegueda, quienes eran miembros de una misma familia.
Además, Juan Carlos Umaña Zavala y una persona identificada únicamente como Víctor, quien se presume vivía en los Estados Unidos y llegó de visita al país.
Luego del hallazgo se montó un operativo en la zona y se procedió a la detención de tres pandilleros que minutos antes intentaron distraer a las autoridades disparando.
Los tres hombres aceptaron que eran miembros de la pandilla Mao Mao que opera en la zona, pero que no habían disparado.
Las jefaturas policiales del interior del país se mantienen en alerta y emergencia. Se han ordenado patrullajes y verificación de personas sospechosas ante el incremento de hechos de violencia.