Lic. Antonio Velado
Los niños y más de algún adulto admiramos a los “superhéroes” que los autores nos ofrecen desde tiras cómicas, películas, televisión, novelas y toda clase de arte mayor o menor, sin darnos cuenta del grado de discriminación racial que estas obras encierran. Veamos:
Tarzán el Hombre Mono. Es blanco, de origen británico, según la literatura y tiene como súbditos a caciques de las diversas tribus africanas, quienes no solo lo protegen sino que, además, siguen sus órdenes.
El Fantasma. Otra muestra de la discriminación racial. El Fantasma es de tez blanca e igual que Tarzán, tiene a caciques de las diversas tribus bajo sus órdenes. Estos le guardan el secreto de que “no puede morir” y en la cueva que habita el héroe hay un pequeño cementerio, donde reposan los restos de anteriores fantasmas.
Superman. Este es un superhéroe, extraterrestre, de piel blanca, igual que los anteriores es musculoso y de una estatura física poco común.
Bat Man. El Hombre Murciélago, también es blanco, muy adinerado y de alta sociedad. Con un físico envidiable.
Mandrake el Mago. Este superhéroe también de tez blanca y tiene como sirviente doméstico a un rey, Lotario, quien –lógicamente-, es de tez morena.
En los deportes hasta hace muy poco tiempo se permitió que hombres y mujeres afroamericanos participaran en las distintas disciplinas deportivas que se practican en Estados Unidos.
En las películas y series televisivas igual: los roles estelares eran para los artistas de color blanco. En la música y el teatro ocurría lo mismo. Pero el “black power” se ha ido imponiendo poco a poco, no sin antes que varios líderes ofrendaran sus vidas.
Lo grave en el momento actual es que el presidente Donald Trump debe su nacionalidad estadounidense porque su madre emigró a ese país en busca de mejores y más oportunidades. Igual situación de migrante tiene su actual esposa. La pregunta es ¿por qué ese odio visceral en contra de los migrantes, especialmente de los latinoamericanos y de otros países?
¿Será porque las autoridades estadounidenses no han sido capaces de controlar el consumo de todo tipo de drogas en ese país? Porque cosa rara, los medios de comunicación de Estados Unidos poco o nada hablan sobre capturas de alijos de drogas, narcotraficantes y de consumidores, entre los que se cuentan destacados artistas de todas las especialidades. Ante esta incapacidad de sus autoridades, al presidente Donald Trump se le ocurre enarbolar la bandera de los migrantes a quienes insulta, mira de menos y quiere deportar a como dé lugar. ¿Se atreverá a deportar a su actual esposa?
¿O será que este odio contra todo migrante sea producto de esas tiras cómicas, series televisivas, películas y literatura, música y obras de teatro, en las que se considera a los no blancos seres inferiores y de ahí la marcada discriminación racial?
De hoy en adelante, los padres de familia tendremos que vigilar que ven, escuchan y leen nuestros hijos y nietos, para que esa mezquindad de la discriminación racial no se meta en ellos como un cáncer mortal.
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