Washington/AFP
Dave Clark
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó el discurso más importante en este primer año de gobierno para alertar sobre el poderío nuclear de Corea del Norte, en medio de temores sobre la posibilidad de un conflicto armado.
En semanas recientes, funcionarios estadounidenses ya prepararon el terreno para un cambio de estrategia con relación a un mundo de competencia más fuerte con potencias como Rusia y China.
En su discurso sobre el estado de la Unión, Trump dijo que China y Rusia «amenazan nuestros intereses, nuestra economía y nuestros valores», pero se guardó las palabras más duras para Corea del Norte e Irán.
«La irresponsable búsqueda de Corea del Norte de poseer misiles nucleares podría muy pronto amenazar nuestra tierra», apuntó el mandatario, sugiriendo que tiene una ventana cada vez más reducida para responder a esa situación.
«Estamos empeñados en una campaña de máxima presión para prevenir que eso alguna vez ocurra», señaló.
El presidente realizó estas declaraciones después que un respetado experto en temas de la península coreana apuntado como futuro embajador estadounidense en Seúl, Victor Cha, anunció que abandonó su aspiración por no coincidir con la idea de un ataque preventivo a Pyongyang.
El secretario de estado, Rex Tillerson, y el de Defensa, Jim Mattis, han impulsado una estrategia diplomática para convencer al líder norcoreano Kim Jong-un a negociar un abandono de su empeño en la búsqueda de armas nucleares.
Pero otras figuras del gobierno parecen apoyar la idea de un ataque sorpresivo para dañar el sector nuclear de Corea del Norte y mostrar que Estados Unidos está dispuesto a actuar, con la esperanza de evitar un conflicto mayor.
Cha escribió en el diario The Washington Post que renunciaba a la aspiración de ser embajador en Seúl por considerar que «un ataque -incluso uno enorme- apenas retrasará los programas nucleares y de construcción de misiles, que están enterrados en lugares desconocidos, impenetrables a bombas especiales».
Complacencia y concesiones
«Un ataque no eliminaría la amenaza de la proliferación y al contrario lo impulsaría», añadió, para sugerir que Corea del Norte podría tratar de pasar armas nucleares a «malos actores» por dinero o por venganza.
Cha también apuntó que millones de surcoreanos y decenas de miles de estadounidenses y tropas estarían en riesgo inmediato de un contraataque norcoreano.
«El presidente podría poner en riesgo una población estadounidense del tamaño de una ciudad media «, alertó.
En su discurso ante el Congreso, Trump sugirió que no está de humor como para acuerdos sin resultados.
«La experiencia pasada nos ha enseñado que la complacencia y las concesiones solamente generan agresión y provocación», dijo.
Para el presidente, «solamente es necesario contemplar el carácter depravado del régimen norcoreano para entender la naturaleza de la amenaza nuclear que representa para Estados Unidos y nuestros aliados».
Trump también elevó el tono de sus críticas a Irán, al expresar el apoyo de su gobierno a las recientes protestas en las calles de Teherán.
El mandatario volvió a compararse a sí mismo con su antecesor, Barack Obama, al sugerir que fue un error no haber apoyado la llamada «Revolución Verde» de Irán en 2009.
«Cuando el pueblo de Irán se levantó contra los crímenes de su corrupta dictadura, no he quedado callado», dijo.
Estados Unidos, dijo el presidente, «está junto al pueblo de Irán en su valiente lucha por la libertad».