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Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
Durante la 1ª guerra mundial, cuando los rusos guiados por el zar fracasaron, éste recurrió a una infame estratagema para evadir la responsabilidad por las pérdidas militares: culpo a los extranjeros.
Comenzaron así los Pogromos, expulsiones que se tradujeron también en linchamientos y algunos asesinatos.
La eficacia de aquella medida empero, no tubo felizmente mucho éxito, pues pronto derivó en la revolución bolchevique y el resto es historia.
Antes, en la edad media, algunas poblaciones por la pérdida de hasta la mitad de sus miembros por la peste negra, inculparon a las minorías, los mas fanáticos impusieron una narrativa religiosa al fenómeno, y pocos, muy pocos, los más pocos, indujeron causales sanitarias.
Nerón acuso a los cristianos por el incendio de Roma, Martínez al comunismo por la insurrección campesina del ’32, Powell a Hussein por los ataques a las torres gemelas, Trump a los latinoamericanos por la violencia y las drogas en EU.
El factor común en todos los casos es la injusticia: endilgar a inocentes una culpa que no les corresponde, responsabilidad regular del que señala.
Para el caso, los fracasos financieros son entera responsabilidad del ejecutivo y su cartera ministerial económica.
Dicho de otro modo, las diferentes gestiones que han gobernado al país desde finales del conflicto armado.
¿Porque no desde antes?
La economía salvadoreña durante el conflicto era una economía de guerra, que finaliza con la firma de los acuerdos de paz, por lo que, si bien debemos explorar las causales históricas de la violencia y la injusticia social imperantes en el país en el pasado, no corresponde así lo concerniente a la economía, porque se reestructura desde el final del conflicto, orientándosele del modo que ahora examinamos.
Sobrevino el proceso privatizador, trasladando los activos estatales a una minoría que se correspondió primero al 2% y ahora a un poco mas del 1%[FMI/BM], mientras se deprimió al resto de la población [BID].
Ello expulso a la mitad de la población a 3os países, desde donde sustentan la economía patria con hasta un 20% del PIB cualquier día del año (Datosmacro.com), redundando en una sumisión completa a la economía de remesas, por la anulación del aparato productivo en consecuencia con las medidas de ajuste implementadas por los gobiernos de derecha en los 90’s.
Así las cosas, asumir un discurso confrontativo y demagogo, en el que el ejecutivo apela a la dignidad, soberanía e independencia patria es, aunque interesante, absurdo, pues es como pegarse un tiro en el pie.
¿Porque sucede?
Por razones electoreras, atrayéndose el respaldo de la población, a la que soborna con canastas y bonos alimenticios.
¿Porque lo hace?
Para mantener la preferencia electoral.
Lo cierto es que el ejecutivo sabe que su apuesta es fallida, pero no le queda mas que continuar con la mascarada, agotando sus respaldos, equivocando a sus aliados y esgrimiendo el discurso nacionalista, mientras inculpa a otros por sus fracasos.
Marito Vargas Llosa es sin duda quien más lo comprende, pues escribió el manual que ahora el ejecutivo sigue.
