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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció este martes su segundo discurso del Estado de la Unión, el primero ante un Congreso dividido y con una semana de retraso debido al cierre más largo del gobierno de Estados Unidos
El mandatario urgió al Congreso y a Estados Unidos a «optar por la grandeza» ante las divisiones. Se mostró dispuesto a colaborar y a seguir la agenda «del pueblo estadounidense», en vez de una republicana o una demócrata, antes de proceder con una intervención de una hora y 22 minutos donde repasó sus proyectos bandera y los éxitos de su Administración, y donde los medios estadounidenses han detectado casi una treintena de declaraciones falsas, dudosas o exageradas.
– 26 afirmaciones falsas en menos de 90 minutos –
El mandatario norteamericano se jactó de que, en los últimos dos años, la economía estadounidense está experimentando «un auge económico sin precedentes»; recordó las amenazas que, a su juicio, supone la inmigración ilegal; prometió retirar a las tropas estadounidenses de Siria y Afganistán, y volvió a culpar a Moscú de violar el Tratado INF, acusación rechazada por el Gobierno ruso. Además, aseguró que, gracias a él, Estados Unidos evitó una posible guerra con Corea del Norte, garantizó que Irán no vaya a obtener armas nucleares y derrotó al Estado Islámico en Irak y Siria.
«Llevará días verificar todas las tergiversaciones que el presidente hizo esta noche», comentó en un comunicado sobre el discurso la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Sin embargo, los medios estadounidenses tardaron mucho menos, pues sometieron a revisión todas las declaraciones hechas por el mandatario. Así, The Washington Post identificó un total de 26 afirmaciones falsas en la intervención de Trump, como, por ejemplo, en las siguientes materias:
– Crisis migratoria –
Trump alertó del «estado sin ley» en la frontera sur de Estados Unidos, que amenaza «a la seguridad y el bienestar financiero de todos los estadounidenses». Sin embargo, según cualquier estimación disponible, no existe una nueva crisis de seguridad en la frontera, constata el citado medio. Por ejemplo, las detenciones de personas que intentaban cruzar la frontera sur de Estados Unidos marcaron en 2000 su punto máximo más reciente, 1,6 millones, y la cifra ha ido en declive desde entonces, situándose en poco menos de 400.000 en el año fiscal 2018.
Trump exageró también el vínculo entre inmigración y delincuencia, pues «casi todas las investigaciones muestran que los inmigrantes legales e ilegales tienen menos probabilidades de cometer delitos que la población nativa».
– Estado Islámico –
En cuanto a la declaración de Trump de que liberó «prácticamente todo» el territorio que estaba controlado por el Estado Islámico cuando él asumió el cargo, el medio estadounidense recuerda que el grupo terrorista aún está lejos de ser derrotado. Dos recientes informes independientes de las Naciones Unidas y del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales estiman que puede haber aún en Irak y Siria entre 20.000 y 30.000 terroristas.
– Acuerdo nuclear iraní –
Trump aseguró que retiró a Estados Unidos del «desastroso acuerdo nuclear iraní» para «garantizar que esta dictadura corrupta nunca adquiera armas nucleares». No obstante, la propia directora de la CIA, Gina Haspel, declaró el mes pasado ante el Congreso que Teherán cumplía técnicamente con los términos del acuerdo. Además, sin el pacto, Irán podría acelerar el desarrollo de armas nucleares propias, advierte el artículo de The Washington Post.
– Corea del Norte –
Trump aseguró en su discurso que si no hubiera sido elegido presidente de Estados Unidos, ahora mismo, su país «estaría en una guerra importante con Corea del Norte». TWP señala que el presidente exagera la posibilidad de una guerra, que, además, había sido «aumentada por su propia retórica severa». Además, mientras el mandatario aseveraba que Pionyang ha abandonado sus actividades nucleares desde que él y Kim Jong-un firmaron una declaración conjunta sobre la desnuclearización el pasado 12 de junio, las imágenes satelitales indican que Corea del Norte podría seguir desarrollando un programa nuclear.
– Empleo –
Trump a menudo exagera la cantidad de empleos creados durante su Presidencia, al empezar a contar desde el día de las elecciones en lugar de hacerlo desde la jornada en que juró el cargo. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, desde enero de 2017, se han creado casi 4,9 millones de empleos, y no 5,3 millones, como dijo el presidente. Por su parte, su declaración de que «más personas están trabajando ahora que en ningún otro momento» de la historia de Estados Unidos es «una estadística bastante sin sentido», puesto que la población de Estados Unidos está creciendo.
En definitiva, «una vez más», el discurso de Trump «estuvo repleto de hechos estirados y cifras dudosas», constata el diario, agregando que muchas de estas afirmaciones han sido verificadas repetidamente, pero el presidente persiste en repetirlas.
– ¿Unión o desunión? –
Por otro lado, pese al llamamiento del mandatario a elegir «la grandeza» y a dejar de lado las diferencias, y más allá de «momentos ocasionales» de unidad bipartidista, «un futuro así parece poco probable», sostiene en un artículo para RT el analista e historiador Nebojsa Malic.
«Debemos elegir entre grandeza o estancamiento, resultados o resistencia, visión o venganza, progreso increíble o destrucción sin sentido. Esta noche les pido que elijan la grandeza», recalcó el mandatario norteamericano al comienzo de su discurso.
Según Malic, Trump «eligió cada palabra en esa oración de manera deliberada, para trazar una línea entre sus políticas y las de los demócratas de la oposición», personificados en Nancy Pelosi, sentada justo detrás de él.
El presidente elogió el esfuerzo bipartidista por reformar las prisiones federales, y estuvo de acuerdo con el frecuente punto de discusión demócrata acerca de que la justicia penal es a menudo injusta para los afroamericanos. Incluso arrancó algún aplauso, como cuando habló del récord de mujeres que ingresaban a la fuerza laboral en una cantidad récord, incluso en el Congreso.
Sin embargo, los demócratas saludaron con «un silencio sepulcral» su juramento de construir un muro en la frontera con México, y las cámaras enfocaron el ceño fruncido del senador Bernie Sanders -que se identifica como socialista democrático-, cuando Trump aprovechó la confrontación de su Administración con Venezuela para prometer que «Estados Unidos nunca será un país socialista», recuerda Malic.
Hablando de la política exterior, el presidente también se opuso a ambos partidos cuando prometió seguir dialogando con Corea del Norte, negociando el fin de la guerra en Afganistán y completando la retirada de Siria, pese a que unas horas antes su propio líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, recibió el apoyo bipartidista para una resolución contraria a ese retiro.
«Debemos elegir si nos definen nuestras diferencias, o si nos atrevemos a trascenderlas», subrayó Trump al final del discurso. «Queda por ver cómo resonará en todo el país. Sin embargo, los legisladores en el Capitolio ya habían tomado una decisión», concluye Malic.