Jhonah Díaz González
Enviado especial
Tokio/Prensa Latina
Tras una semana de ajetreo olímpico, el atletismo entraen acción y sus seguidores se frotan las manos a la espera de las batallas épicas que suelen darse en el llamado ‘deporte rey’.
El Estadio Nacional de Tokio acogerá una aventura irremediablemente gloriosa en la cual Latinoamérica no será un mero espectador y reclama atención con exponentes que poseen estatus de estrellas.
Algunos de ellos son los colombianos Yulimar Rojas y Anthony Zambrano; los cubanos Yaimé Pérez y Juan Miguel Echevarría, así como los puertorriqueños Wesley Vázquez y Jasmine Camacho-Quinn.
Sería un craso error olvidar a los hermanos guatemaltecos Uriel y Erick Barrondo en la marcha, o a la histórica venezolana Caterine Ibarguen, quien ahora exhibe menos galones, pero nadie olvida su competitividad en el triple salto, detalle que podría abrirle espacio en un podio cuyo centro parece tener nombre (Yulimar).
Agárrese fuerte de la silla, porque varias pruebas soltarán chispas. Por ejemplo, los 100 metros femeninos tendrán a la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce dispuesta a conseguir su tercer título olímpico, aunque su coterránea Elaine Thompson anhela algo diferente y la británica Dina Asher-Smith planea colocar la medalla de oro en Europa.
Los 400 metros con vallas serán una auténtica locura, con el noruego Karsten Warholm, el qatarí Abderrahman Samba y el nortemericano Rai Benjamin, quien verá a su connacional Sydney McLaughlin como favorita en el caso de las damas, en una especialidad que pasa por su mejor momento histórico.
La propia distancia, pero sin obstáculos, tendrá la presencia de la legendaria Allyson Felix; los eventos de largo aliento traerán los siempre esperados duelos entre corredores africanos; la bala mostrará al ya recordista universal estadounidense Ryan Crouser y la pértiga al sensacional sueco ‘volador’ Armand Duplantis.
Sin el bullicio del público en las gradas, el atletismo promete y tiene los atributos necesarios para cumplir. O, acaso, ¿quién planea perderse el retorno a las grandes citas de Wayde van Niekerk, de Sudáfrica? ¿O el de Valerie Adams, de Nueva Zelanda, en el peso femenino?
¿Cuántas cotas universales u olímpicas quedarán en el pasado? ¿Kenya barrerá en la maratón varonil? ¿El alemán Johannes Vetter sobrevolará la pista con su jabalina? ¿Habrá calor en el estadio? Sobran las interrogantes en torno a la mediática disciplina en Tokio 2020.
Todo eso sucede mientras Estados Unidos pretende recuperar un espacio visto como suyo: los 100 metros planos entre hombres, aunque volverá a tener un rival de consideración en Jamaica, que extraña hoy a un tal Usain Bolt, irremplazable, como Michael Phepls en las piscinas.