Salvador Ventura
La más alta misión de El Diario de Hoy es mentir, thumb distorsionar y engañar a sus lectores bien en las noticias o en los editoriales como lo muestra todos los días por ese su añejo odio visceral e ideológico contra las fuerzas políticas progresistas y las personas contrarias al pensamiento cavernícola de su senil director.
Las noticias las presenta con espíritu prejuiciado, alterando la verdad, la información tendenciosa no consiste en silenciar algo. Tampoco se trata de falsedad noticiosa, porque no se cambia la verdad. La noticia tendenciosa es una deformación de la verdad. Lo podemos ver en las noticias y el editorial publicados el viernes 18 de julio del año en curso, cuando en grandes titulares se refiere al “acaparamiento de granos básicos simulado por el gobierno” y se “inventan el acaparamiento para ser el gran acaparador”. De la distorsión a la mentira.
El título, tanto de la nota del día como la de las noticias desplegadas en las páginas 2,3,4 y 5, sobre el “precio exagerado del frijol y la incapacidad del gobierno para abastecer el mercado”, no corresponden al sentido de la información pues alienta una suposición no contenida en el texto de las noticias.
Las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería y de la Defensoría del Consumidor han realizado sendas investigaciones en la mayoría de centros de distribución de granos y han comprobado que muchos de los mayoristas compraron el quintal de frijol a $35.00, lo almacenaron y cuando se dio una supuesta carestía lo sacaron para venderlo a $0.80 la libra.
La asociación y presentación de los hechos de El Diario de Hoy es tendenciosa porque atribuye al gobierno el ser “acaparador” y no adelantarse a una posible carestía “debido a la sequía”. Las dos últimas cosechas tanto de frijol como de maíz fueron suficientes para abastecer el mercado nacional e, inclusive, exportar los excedentes. El Diario de Hoy, como ya es habitual, no concede espacio a las autoridades de Agricultura y Ganadería, así como de la Defensoría del Consumidor, para aclarar la supuesta carestía, el acaparamiento y los altos precios del frijol en el último mes, por el contrario sostiene que “en el futuro frijoles, granos básicos, queso, harina, etcétera, se irán a Venezuela…”
Es una perversa tesis pues directamente relaciona el hecho, con el supuesto comercio o tráfico “ilegal” de granos básicos cometidos en Venezuela por una de las hijas del fallecido presidente Hugo Rafael Chávez. Noticia comentada y ampliamente difundida por El Diario de Hoy para mantener en boga la campaña mediática contra el gobierno de ese país.
En la nota editorial de la fecha citada, no oculta su “parentesco” y fidelidad a la agenda de un partido de derecha al sostener “Ahora es el frijol lo que se ‘acapara’, lo que, según dirigentes de Arena está escaso no solo debido a la mala cosecha –y hubo mala cosecha en toda la región—sino también porque los rojos exportaron una parte a sus hermanos, los rojos de Venezuela…”
En primer lugar, el gobierno ha rechazado las noticias sobre exportación de granos básicos a Venezuela. En segundo, en este país no se consume el frijol, sino la arepa un alimento hecho de masa de maíz. Es uno de los platos “tradicionales y emblemáticos” de Colombia y Venezuela. El director de este medio lo sabe; pero su odio lo lleva a mentir y tratar de engañar a sus lectores.
Si en el país existieran códigos de honor y leyes más drásticas para sancionar la inexactitud de los hechos o las noticias y comentarios tendenciosos, el primero en rectificar, pedir disculpas públicas o someterse a procesos judiciales continuos, sería El Diario de Hoy o su director como representante oficial.
El senil director sabe perfectamente que el sensacionalismo consiste tanto en utilizar títulos que despiertan las bajas pasiones, como noticias por aproximación vulnerando la verdad, lamentablemente no está sancionado por ninguna ley, ni existe disposición alguna en los códigos de ética profesional.
Los responsables editoriales de El Diario de Hoy no han evolucionado, no han entendido los alcances de la democracia y la necesidad de discutir y analizar las diferencias con base en el debate serio y de altura, no escudándose en el poder de la prensa y en esa supuesta libertad de expresión tantas veces confundida con la libertad empresarial.
El director de este medio no debe jamás olvidar que los periodistas son deudores frente al público, de la verdad y la certeza de noticias y editoriales, si las leyes no sancionan la distorsión y la información tendenciosa, al menos para todos los amantes de las letras existe el honor y la ética profesional.