A pesar que la Fiscalía General de la República ha anunciado que investigará los sucesos violentos del jueves en la ciudad de Santa Tecla, entre vendedores, supuestos vendedores y agentes municipales, no está de más pedir desde este espacio que la investigación sea exhaustiva.
Y debe ser así porque hay una víctima mortal entre los vendedores, y hasta donde se conoce fue producto de una bala disparada por un agente municipal.
También porque hay tres periodistas lesionados, dos agredidos con objeto contundente, piedras lanzadas por los supuestos vendedores, y uno, el fotoperiodista de Diario Co Latino, estuvo a centímetros de que lo atravesara una bala supuestamente disparada por un agente.
Hay que investigar también y deducir responsabilidades por las declaraciones del señor alcalde de Santa Tecla Roberto d’Aubuisson, cuando públicamente expresó que “no le importaban las vidas de los revoltosos”, lo que hace pensar que ordenó desarticular a los vendedores manifestantes a como diera lugar, usando armas letales.
Sería oportuno, además, que la Asamblea Legislativa llamara al alcalde d’Aubuisson a la comisión respectiva para que explique los sucesos, pero, sobre todo, la intolerancia y la falta de diálogo.
Es cierto que hay grupos de vendedores que no les gusta el orden, pero es cierto también que la mayoría de vendedores lo que buscan es ganarse la vida para llevar el sustento diario a sus familias.
Por estas familias, hombres y/o mujeres emprendedoras, el diálogo debe ser el principal instrumento para llegar a acuerdos que satisfagan a ambas partes.
Es comprensible que los vendedores se esmeren en tener puestos adecuados para vender sus productos en esta temporada de Navidad y Año Nuevo, lo cual la alcaldía debería entender y, sin afectar el ornato de la ciudad, debería dar oportunidades a los vendedores.
Esperemos, pues, que la Fiscalía General de la República investigue a fondo y deduzca responsabilidades.