@GloriaCoLatino
Las semillas descienden lentamente envueltas en una fibra algodonosa, hospital de textura sedosa, hospital que parece una cascada blanca cuando caen desde la copa de la ceiba o “Árbol Sagrado de la Vida “, como lo llamaban los del Pueblo Maya.
La alfombra blanca de motas y semillas se extiende por todo el redondel conocido como el “Árbol de la Paz”, en el bulevar de los Próceres. Ahí, el Comisionado Campos Escalante, de la División de Medio Ambiente de la Policía Nacional Civil, junto a un grupo de agentes, se dedica a recolectar las semillas que servirán para almácigos y reforestación de otras zonas.
“En esta ocasión hemos venido a recolectar las semillas de ceiba, que teníamos previamente identificada, con el fin de reforestar otras zonas del país; las llevaremos al vivero donde serán germinadas… es un poco complejo, el manejo de esta semilla, por sus propias características; y para finales de mayo esperamos que las plantas estén listas para ser sembradas”.
Entre las zonas a reforestar se encuentra un cerro dentro del Área Natural Protegida de La Magdalena, en Chalchuapa, Santa Ana.
“Esta área se quemó… está seco y queremos reforestarlo; también un área de Guazapa, algunos espacios en manos privadas, pero también estamos interesados en preservar la zona. Y hemos pensado incluso, tirar las semillas desde un helicóptero -esto es por lo difícil del acceso a la zona- son aproximadamente 4 kilómetros a pié, es un lugar inaccesible que se ha quemado”, acotó.
Para el oficial Campos Escalante, lanzar la semilla en Guazapa sería un evento histórico, “recordemos que durante el conflicto armado, los helicópteros que llegaron a esa zona lo que, menos tiraron fue semillas para reforestar”, aludió.
“Lamentablemente, nos estamos acabando prácticamente nuestro hábitat y esto nos lleva, a pagar las consecuencias de esa agresión; hasta de la vida silvestre en general, queremos cuidar de la vida de los mamíferos que aún habitan en el bosque El Imposible, Montecristo y otras partes del país que tienen venados, pero son muy pocas”, sostuvo.
Los desoves de tortugas Golfina, Baule y Carey son también monitoreadas por la División de Medio Ambiente a partir de patrullajes en la costa.
“Ya no queremos ventas de iguanas, garrobos, pericos, loras o guacamayas, algunas especies no son ya, ni salvadoreñas, como la guacamaya que en el país es extinta desde hace tiempo, pero la están trayendo de Nicaragua y esto es tráfico de vida silvestre y es penado por la ley. La gente debe entender que tener un perico o cualquier ave de estas en un espacio muy pequeño de las jaulas incide en el sufrimiento de las aves, le pueden tener cariño al perico, pero estas son especies silvestres y deben estar en su hábitat”, concluyó.