Washington/Prensa Latina
La división que perfila hoy el próximo Congreso de Estados Unidos, el cual entrará en funciones en enero del 2023, podría obstaculizar la agenda del presidente Joe Biden el resto de su mandato.
Analistas y expertos sostienen que se añadirían la polarización partidista y el estancamiento como características del nuevo legislativo fruto del escenario político que vive el país.
Será muy probable -señalan- que Biden vea relativamente pocas de las victorias legislativas que pudo concretar durante sus primeros dos años en el cargo como la Ley de la Reducción de la Inflación.
Los republicanos (rojos) controlarán la Cámara Baja, aunque por una pequeña diferencia, mientras que el Senado permanecerá en manos de los demócratas (azules), pero su margen de control dependerá de una segunda vuelta electoral en Georgia prevista para el 6 de diciembre.
De momento, los rojos ya prometieron abrir investigaciones por asuntos como la gestión de la crisis en la frontera sur por parte de la administración Biden y tienen un especial interés en la pesquisa sobre los manejos comerciales de Hunter Biden, hijo del mandatario.
También se pronostican intentos de juicio político a miembros de la administración que, según los republicanos, no hicieron su trabajo.
Las elecciones intermedias del 8 de noviembre no trajeron consigo una “ola roja” como anticipaban en su momento las encuestas, pero los resultados sí serán suficientes para torpedear a Biden, dijo el diario The Hill.
Si bien la tendencia histórica es que el partido del presidente en el poder, ahora el Demócrata, suele perder asientos en el Congreso, para los azules los resultados fueron mejor de lo esperado, según afirmó el propio Biden.
Retuvieron su primacía en el Senado con 50 puestos seguros -a la espera de lo que ocurra en Georgia- y en la Cámara de Representantes con 212 asientos hasta ahora cedieron ante los republicanos, que alcanzaron los 218 sillones que les aseguraron su ajustada mayoría.
De cualquier manera, para no pocos estadounidenses el 118 Congreso que se instalará en menos de dos meses será, desafortunadamente, más de lo mismo.
En las recientes elecciones entraron en juego los 435 escaños de la Cámara Baja y 35 de los 100 del Senado, así como 36 gobernaciones y otros cargos a nivel estatal y local.