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“DIZZY” GILLESPIE: LA TROMPETA CUBISTA

Oscar A. Fernández O.

John Birks Gillespie (Cheraw, doctor Carolina del Sur, Estados Unidos, 21 de octubre de 1917 – Englewood, Nueva Jersey, 6 de enero 1993), más conocido como Dizzy Gillespie, fue un trompetista, cantante y compositor estadounidense de jazz.

Dizzy, con Charlie Parker (The Bird), fueron una de las figuras más relevantes en el desarrollo del bebop, y del jazz moderno. Fue durante toda su vida un incansable experimentador de música afroamericana, lo que le llevó a experimentar con el jazz afrocubano, colaborando con percusionistas como Chano Pozo, y otros géneros como el calipso, la bossa nova o a colaborar con músicos externos al mundo del jazz, como Steve Wonder.

En sus primeros años como instrumentista trabajó con las grandes bandas de Cab Calloway y Earl Fatha Hines, mientras que en 1945, colaboró con el saxofonista Charlie Parker, con quien grabó algunas de los más revolucionarios temas de la historia del jazz. Se conocieron en Kansas City, en una habitación de hotel y no pudieron dejar de tocar, como dijo Dizzy sobre ese encuentro: “Teníamos ideas gemelas y era difícil distinguir lo que provenía de mí de lo que venía de él”. De ese encuentro nacía el bebop, con recordados espectáculos en el bar Minton’s. Las carreras de Parker y Dizzy, siguieron caminos separados: mientras el primero era inigualable en pequeñas formaciones, Gillespie ofrecía lo mejor de sí frente a grandes formaciones. Mientras Parker sufrió la marginación, Gillespie se convirtió en una de las figuras más conocidas del jazz. Su fama se acrecentó con su fuerte personalidad y sus espectáculos personales entre los que se destaca su habilidad para el scat, los instrumentos de percusión centroamericanos y caribeños, y sus apariciones públicas entre las que se destaca su postulación a la presidencia de los Estados Unidos en 1964.

Por otra parte, fue uno de los primeros jazzistas afro-norteamericanos en integrarse en 1947 a tocar el jazz afrocubano creado por Mario Bauza, en la orquesta de Machito en 1943, por lo que sobrepasó las fronteras estadounidenses y se internó en la música mundial rápidamente.

Es en 1939, cuando Dizzy tiene su primer encuentro jazzistico con auténticos pesos pesados del jazz, como el vibrafonista, Lionel Hamptom, el saxo alto, Benny Carter, y tres formidables saxos tenores: Coleman Hawkins, Ben Webstery y Chu Berry. El resultado fue que su estilo llamó la tensión de aquellos músicos que le pronosticaron un futuro prometedor. Al tiempo, su jefe, fue nombrado manager del célebre club “Myntons Playhouse”, localizado en los bajos del Hotel Cecil en la calle 118 Oeste de Harlem. Un hecho que más adelante cobraría un enorme significado, en la historia de Dizzy y en la del jazz (biografías del jazz; 132)

Al tiempo que el bebop germinaba en los sótanos de Harlem, el que fuera vocalista en la orquesta de Earl Hines, Billy Eckstines, se lanza a la aventura de lanzar su propia orquesta y la convierte en la primera Big band del bebop. Dizzy fue su director musical y en ella se encontraban algunos de los jóvenes valores del momento: Charlie Parker al saxo alto, la cantante Sarah Vaughan, el saxo tenor, Gene Ammons, el batería, Art Blakey, etc. La orquesta de Eckstine era el laboratorio ideal para los “boppers” en busca de trabajo, pero pronto Dizzy la abandonó en busca de aventuras musicales más reducidas. Así forma un cuarteto con el contrabajista, Oscar Petifford, para cumplir un contrato en el club “Onyx” y en aquélla época, justo en 1945, Gillespie estaba consolidándose como la estrella del nuevo movimiento musical. Dizzy era de ideas fijas y siempre tuvo entre cejas la idea de formar su propia orquesta que formó en 1946 con la ayuda de varios músicos que creían en su proyecto.

En 1947, la revista “Metronome” le nombró mejor trompetista del año, por delante de su ídolo, Eldridge. Por aquélla época y dada la afición de Dizzy por los ritmos caribeños, llevó a su banda por aquellos derroteros grabando entre otros grandes éxitos, el celebérrimo “Manteca” (El Gran Jazz. Vol. 3)

Los sesenta y la bossa nova también llamaron la atención de Dizzy que incluiría algún tema en su repertorio. En los setenta forma parte de los “Giants of Jazz” formación estelar reunida por el productor, George Wein, para una serie de giras. Su actividad fue decayendo con los años pero todavía tuvo tiempo de grabar en 1989 un interesante disco a dúo con el batería, Max Roach, en un concierto en Paris. Dizzy Gillespie, murió en 1993 y con su muerte se perdió a un inigualable instrumentista que con una destreza superlativa, consiguió personalizar un fraseo cargado de arabescos y apoyado en la que fue una nueva forma de enfocar la armonía. De su pluma han salido temas tan famosos como “Salt Peanuts”; “Groovin’High”; “Be-Bop”; “A Night in Tunisia” y muchísimas otras extraordinarias composiciones que han dado larga gloria al jazz. Dizzy Gillespie hizo y hace el deleite de los aficionados al jazz, así como el de los grandes maestros de este arte, a través del brillante y potente sonido de su trompeta que dibuja las líneas gráficamente exactas en contexto impreciso, como en un cuadro cubista en el mejor estilo hermético de Picasso.

Escúchenlo y deléitense:
www.youtube.com/watch?v=kfbQ-lfC2wY
www.youtube.com/watch?v=VUVuX3lLrdg
www.youtube.com/watch?v=7ciX2eo5VFs

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