Por Stéphane Jourdain/Valentin Bontemps
París/AFP
Francia seguía hundida en un clima de pesadilla este viernes, tras la muerte de al menos dos personas en una nueva toma de rehenes en París, por un hombre sospechoso de tener vínculos con los yihadistas acusados de la matanza en el semanario Charlie Hebdo, quienes seguían atrincherados con un rehén en la región parisina.
Mientras las unidades de élite rodeaban una imprenta de la zona industrial de Dammartin-en-Goële, al nordeste de París, donde los hermanos Said y Chérif Kouachi, prófugos desde el atentado del miércoles, están atrincherados con un rehén, un nuevo tiroteo estalló el viernes en el este de París.
Al tiroteo siguió una toma de rehenes en una tienda de alimentación judía.
Al menos dos personas murieron en esta toma de rehenes, según fuentes cercanas al caso, que poco antes habían indicado que eran por lo menos cinco las personas retenidas.
Las autoridades tomaron medidas de seguridad en el sector, confinando a los alumnos en los establecimientos escolares y cortando la circulación en el bulevar Periférico, la autovía de circunvalación de París.
El presunto secuestrador de la tienda es sospechoso de haber matado una policía y herido a otra persona el jueves en Montrouge (periferia sur de París), según las citadas fuentes.
Los investigadores franceses establecieron que hay una «conexión» entre ese hombre y los dos presuntos autores del ataque al semanario Charlie Hebdo, que causó doce muertos el miércoles, provocando una enorme conmoción en toda Francia.
La persecución de esos dos hombres entró el viernes en su fase final, tras tres días de intensa búsqueda. Unidades de élite los tienen rodeados en Dammartin-en-Goële, a unos 40 km al nordeste de París.
Esa localidad de 8.000 habitantes cercana al aeropuerto internacional de París-Charles de Gaulle estaba el viernes en estado de sitio, con las calles desiertas, los comercios cerrados y los accesos por carretera bloqueados por las fuerzas del orden.
«Tenemos francotiradores en el techo […] Nuestros trabajadores están protegidos en el interior por cordones de policía», declaró Marcel Bayeul, un sindicalista de una empresa cercana a la imprenta.
«Mi hija me dijo: ‘Mamá, no tengas miedo, estamos bien protegidos’. Ella está tranquila, pero yo tengo miedo, demasiado miedo», declara entre sollozos una mujer de 60 años cuya hija trabaja en una tienda de alimentación «en la zona en la que se escondieron los terroristas», dice.
En la lista negra de Estados Unidos
En Washington, responsables norteamericanos revelaron que los dos hermanos franceses de origen argelino estaban desde hace años en la lista negra estadounidense del terrorismo, y que Said Kouachi se había entrenado en el manejo de armas en Yemen en 2011.
Ambos figuraban en la «No Fly List» norteamericana que prohíbe a aquellos que la integran volar hacia o desde Estados Unidos.
Según un automovilista al que le robaron su vehículo, los dos yihadistas reivindicaron su afiliación a la red extremista Al Qaida en Yemen.
Los grupos yihadistas son considerados como una verdadera amenaza por las autoridades occidentales. «Un grupo de terroristas de Al Qaida en Siria planea atentados de gran envergadura contra Occidente», advirtió el jefe de los servicios de inteligencia británicos (MI5), Andrew Parker.
Francia conmocionada
Francia quedó conmocionada tras el ataque que mató a algunos de los caricaturistas más famosos del país, entre ellos Wolinski, Cabu y Charb.
Cuatro de los once heridos cuyo estado era considerado grave ya no se encuentran en peligro de muerte, según el ministerio del Interior.
Tras la jornada de duelo nacional, en la que se enarboló espontáneamente en todo país el eslogan «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie) y se realizó un minuto de silencio, los imanes de Francia fueron exhortados por las grandes federaciones musulmanas a condenar «con la mayor firmeza la violencia y el terrorismo» en sus plegarias del viernes.
El domingo habrá grandes «marchas republicanas» en todo el país, convocadas por los principales partidos políticos, sindicatos y asociaciones de las grandes federaciones musulmanas.
Sin embargo, la «gran unidad nacional» proclamada por los organizadores se fisuró con la exclusión de la extrema derecha denunciada por su líder Marine Le Pen.
Los sobrevivientes de la redacción de Charlie Hebdo anunciaron que el próximo miércoles saldrá a la venta una edición especial de un millón de ejemplares de la revista satírica, para la cual comenzaron a trabajar este viernes en los locales del diario Liberation.