Dr. Fredy Rosales Meyer
Médico Pediatra, Neonatólogo.
10.3) LOS AEROSOLES O SPRAYS
Hoy está de moda este tipo de producto. Hay aerosoles para todo. Para el baño, para la cocina, para los autos; se usan como desodorantes ambientales para los que no quieren lavar y limpiar bien. Son enmascaradores de la suciedad y la mugre, pero esta siempre está allí.
Los aerosoles -en general- son perjudiciales tanto para las personas como para el medio ambiente. Abundante información hay sobre el daño que hacen. Para las personas son dañinos pues inducen a brotes de rinitis alérgicas, asma o espasmo bronquial, conjuntivitis y eczemas de la piel. Comprar aerosoles para enmascarar los malos olores es un contra- sentido pues siempre se tiene que limpiar y lo limpio huele mejor. Si en casa hay un niño con problemas alérgicos en las vías respiratorias no mejorará si no se hace una eliminación de estos productos.
*AEROSOLES CON INSECTICIDAS
Este es un tema especial que conlleva el riesgo de muerte por su uso. La industria y el comercio a través de la publicidad masiva por radio, periódicos y TV, tratan de convencer a las personas que los insecticidas son inocuos para los seres humanos y letales o mortales solo para los insectos. ¿Cómo es eso, un producto que mata cucarachas, sabandijas, ratones y no es mortal para los seres humanos? ¡Por favor! Si matan cucarachas pueden matar a cualquier ser viviente que exista sobre la tierra desde los más pequeños hasta los más grandes, que quede bien claro. Lo único que hay que aclarar es que se necesitará más tiempo y más insecticida para afectar a otros seres vivientes como los niños y los ancianos. Ellos mismos, los fabricantes lo admiten, pero eso no lo entiende el consumidor por estar pendiente en el anuncio de TV de a qué horas y con cuantas aplicaciones del veneno caerá la cucaracha patas arriba, muerta.
Leamos siempre las instrucciones, ya que la cuestión es de vida o de muerte. Hay insecticidas de uso casero, agrícola e industriales; herbicidas que tardarían unos trescientos años en desintegrarse por lo difícil que es su formulación. El efecto residual y acumulativo son otras dos condiciones que también se debe de tomar en cuenta. Su efecto residual significa que los restos de insecticidas mínimos que quedan en el ambiente, paredes, techo, pisos, muebles, camas, utensilios domésticos de cocina y alimentos son efectivos para eliminar bichos y también a las personas y el anuncio advierte que: el veneno actúa por meses y meses o sea año tras año.
Los niños por ser seres que poseen tejidos de rápido crecimiento -en rápida reproducción- son los más afectados. Es por esta razón que en este capítulo se incluye el tema para que mantenga a su bebé sano. Anemias, leucemias, aplasias medulares, son los problemas más frecuentes; eczemas, conjuntivitis e intoxicaciones alimentarias y teratogénesis, son otros. Lo mencionaba en el tema de las trazas de insecticidas en la leche materna y en la leche de origen animal y vegetal.
Los ancianos, al igual que los niños, también padecen las mismas complicaciones por razones diferentes. Si apreciamos a nuestros padres y abuelos no usemos insecticidas en casa. Todos los seres vivientes sobre este planeta tienen derecho a existir no menos que nosotros. Cada ser sobre la tierra tiene un propósito por vivir. Corremos el riesgo de perder nuestra propia vida, la de nuestros niños y ancianos por querer eliminar a otros bichos que viven en el planeta. Una vida se paga con otra vida. Todas las vidas valen lo mismo. No entreguemos nuestras vidas por nada. Es lo único que nos pertenece del mundo. Los bichos, para los cuales van dirigidos los insecticidas siempre existirán, antes, durante y después de nosotros. El control de las plagas caseras es mejor hacerlas de forma inteligente.
El aseo y la limpieza de la cocina es la mejor manera del control de bichos. Una mujer o un hombre no deben irse a la cama sin que su casa o su cocina estén limpias y ordenadas. Los bichos caseros lo que buscan es comida, porque también tienen que comer para vivir al igual que nosotros. Qué mejor que la cocina o los basureros para encontrarla. Allí es donde se encuentran los alimentos y los desperdicios de alimentos.
Si son los zancudos, la única solución son las zarandas de tela metálica, de plástico o de fibra de vidrio, tanto en las puertas principales como en las ventanas. Ni el humo, ni el ventilador, ni el toldo o mosquitero los detiene. Lociones repelentes o aerosoles tampoco, les da igual.
Gastamos enormes cantidades de dinero en insecticidas para nuestra propia desgracia y no vemos los resultados. Los insectos siempre estarán con nosotros solo evitémoslos, controlémoslos. No estamos obligados a usar los insecticidas solo porque nos dicen que los usemos. Seamos responsables.
El mundo nos ofrece una variedad infinita de trampas o cosas inútiles que no estamos obligados a comprar, peor si nos dicen claro o veladamente que son dañinos ¿por qué comprarlos?
El efecto acumulativo, que también lo mencionan en los anuncios sobre los venenos, quiere decir que entre más veces usted lo aplique en su casa más peligroso se vuelve el uso del insecticida. Cada aplicación se suma a la aplicación anterior, también quiere decir que tardará más tiempo en eliminarse, pues uno mismo le va prolongado la vida útil o inútil, como quiera.
¿Cómo actuamos ante un insecto? Anda una mosca en la cocina y ya va el spray de insecticida. Le echa a la mosca, la mosca escapa y el veneno cae en los alimentos, vajillas, etc. Por ser un spray o aerosol es un líquido mezclado con un gas envasado a presión, su poder de difusión es amplio, o sea que se riega por toda la casa. Donde usted percibe el olor del veneno allí hay insecticida. Un error frecuente es el de que cuando el olor del insecticida ya no se siente, para nosotros significa que ya el insecticida hizo su efecto y se fue. Con “suave olor” dice la publicidad nada más equivocado que eso.
El olor del veneno solo sirve para identificar que se ha hecho uso de él, pero el producto queda adherido en todos los lugares, aunque ya no huela a insecticida.
Es frecuente escuchar a las madres que aceptan que riegan insecticidas en su casa para los mosquitos y que para evitar el efecto dañino sobre los niños los sacan de la casa y luego al desaparecer el mal olor de los insecticidas proceden a entrar con los niños. Nada más incorrecto que eso. El veneno siempre estará allí.
Los roedores es un gran grupo de animales que por sus hábitos para procurarse alimentos son perseguidos sin misericordia. Se usan venenos matarratas, trampas y hasta los gatos son utilizados para su control. Los venenos matarratas u otros insecticidas son dañinos tanto para los seres humanos como para los gatos. Estos animales, los gatos, tienen el hábito de limpiarse la cara y para eso se la limpian con sus patas delanteras después de lamérselas. También se asean otras partes de su cuerpo después de humedecer sus patas con saliva.
El veneno matarratas u otros insecticidas cuando se colocan en el piso de la casa se disemina por toda la casa y los gatos, sin saberlo, impregnan sus patas del veneno y luego lo llevan a la boca y así mueren las ratas y también los gatos. Las trampas también son poco efectivas.
El mejor método del control de roedores caseros es mantener alejados los alimentos que ellos consumen, que son casi todos los que consumimos los seres humanos, lo mismo que evitar que salgan de sus madrigueras y entren a la cocina.
Es conocido que viven en las tuberías de aguas servidas o aguas negras, lo mismo que en las tuberías de aguas lluvias. Hay que mantener los albañales cerrado con tela metálica de zaranda y estar pendientes de las cuevas que hacen en la tierra en jardines y patios. Dejar cerradas las puertas de la cocina y pantries por la noche también ayuda. Donde hay alimentos cocinados o sin cocinar allí hay roedores; también donde hay desperdicios de comida: los lavatrastos, depósito de basura, etc. Recordemos que por querer eliminar estos pequeños animales podemos terminar siendo nosotros los eliminados.