FRANCIS FANCI
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Las imágenes del hijo de Francisco Flores defendiendo patéticamente a su padre proclamándolo inocente, rx fueron motivo de comentarios sarcásticos, cheap burlones y hasta hirientes. Para muchos, el proceder del joven Flores fue cómico, o al menos ridículo; no para mí, lo veo muy seriamente, el hijo defiende a su padre porque cree en su padre, confía en su padre.
Debemos apartar a la familia de los sentimientos que inspira el personaje que está en tela de juicio. ¿Qué esperar de un hijo si no lealtad? Sin importar que tan ingenua nos parezca esa lealtad demostrada, debe inspirarnos misericordia, compasión, no burlas o escarnio.
Los comentarios a través de las mal llamadas redes sociales pueden ser edificantes, reflexivos, estimulantes, críticos, etc. y por supuesto, también tiene cabida el dulce arte de la ironía; pero el lado oscuro del mundillo cibernético está cada vez más deshumanizado; mensajes burdos, vulgares expresando resentimientos, mordacidad, crueldad.
Estamos muy mal si las imágenes de un hijo sufriente, abrumado por la carga emocional de los acontecimientos, nos hace burlarnos inmisericordemente sin ver a ese hijo como una víctima más de su padre. ¿O es que los pecados de los padres deben pagarlos los hijos?
La lección de vida aprendida ante sucesos como estos, se aplica en no avergonzar a nuestros hijos, es el propósito de no heredarles un apellido estigmatizado por nuestras malas acciones; es el compromiso tácito con los hijos de no empujarlos a que tengan que pasar por algo así, evitarles sentir el dolor de ver desmoronarse la imagen heróica que se tiene del padre.
La familia del corrupto es, o cómplice o víctima, entonces, ¿qué significa misericordia?
Si del árbol caído todos hacen leña, ¿también arremeteremos contra los renuevos?
¿Qué culpa tienen los hijos de los errores de los padres?
PAZ Y AMOR.
FRANCIS FANCI. –Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas.-