Carta Económica
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En el marco de los dos años de gobierno del señor Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén y su gabinete, en el artículo anterior de la Carta Económica se explicó que el país se encuentra sumergido en un lento crecimiento económico, debido a problemas estructurales que el Gobierno del Presidente Cerén heredó de las administraciones neoliberales que le antecedieron. Sin embargo, a pesar de las debilidades financieras del Gobierno y los bloqueos de parte de la Sala de lo Constitucional de la República y la derecha política manejada por la burguesía oligárquica, el Gobierno ha hecho esfuerzos importantes por mejorar las condiciones de vida de la población salvadoreña, es así que la inversión social se ha incrementado, a continuación se realiza un análisis de la inversión social y el impacto que ha tenido para la población.
En El Salvador más del 70% de los ingresos tributarios que percibe el Estado están garantizados por los aportes en impuestos que realizan los hogares, hecho que responde a la lógica del actual modelo económico neoliberal; por lo cual, se vuelve imperante buscar erradicar la pobreza, miseria y hambre que históricamente ha vivido la población, derivado de los procesos de exclusión y marginación. Esto se logra a través reducir la carga fiscal al pueblo y trasladársela al gran capital, y la ejecución de un presupuesto justo en inversión social, destinado a las familias y no a las empresas, personas que de verdad necesitan ayuda estatal, en concepto de salud, educación y subsidios.
Al revisar el Gráfico N°1, nos encontramos que el aporte que harán los hogares en concepto de impuesto hacia el Estado para 2016 es de 194% en relación a lo que perciben en inversión social, es decir, por cada dólar que percibirán las familias salvadoreñas en 2016, se espera que estas contribuyan con 1.94 dólares a los ingresos tributarios, mientras que las empresas por cada dólar a recibir en 2016, se espera que aporten 54 centavos de dólar, esto en concepto de desarrollo del entorno empresarial. Con los resultados del Gráfico N°1 al comparar los aportes de impuestos de los hogares y las empresas se puede observar que las familias tributan cerca de 4 veces más que las empresas en relación a lo que perciben, por lo que es necesario que se replantee la carga tributaria para contribuir a la estabilidad y desarrollo económico y social de los hogares.
En el contexto del modelo económico neoliberal, la inversión en desarrollo social se considera como una carga económica para el Estado, que distorsiona el funcionamiento natural del mercado, provocando una colocación ineficiente de recursos económicos en la sociedad, por lo que sostienen que las familias deben acceder a los bienes y servicios básicos de la forma que promueven los mecanismos de mercado, es decir, a partir de su capacidad adquisitiva, planteando que la educación, la salud, la energía eléctrica, el agua y el transporte solo deben ser obtenidos a través de la comercialización y explotación que pueda hacer una empresas privada y el Estado no debe intervenir, aún a costa de la pobreza que aqueja a más del 80% de la población. Y en paralelo, el modelo neoliberal dicta que se deben generar las condiciones óptimas para el excelente funcionamiento de las empresas nacionales y transnacionales, ayudando así en el proceso de acumulación nacional e internacional, propiciando así más riqueza a los ricos y más pobreza a la clase trabajadora.
Para tener un panorama amplio de la evolución de la inversión social en educación, salud y subsidios hemos decidido analizar desde el año 2000, año en el cual gobernaba el partido de derecha ARENA hasta la actual Gestión del FMLN, por lo que en el Cuadro N° 1 presentamos un análisis de la inversión social en educación, salud y subsidios en términos nominal, real y en porcentaje del PIB.
En el cuadro anterior, se refleja cómo a partir de 2009 ha evolucionado favorablemente la disposición de recursos para el financiamiento de servicios sociales como la educación, la salud y las transferencias monetarias hacia los hogares en forma de subsidios. Al comparar el año 2000 en el cual se destinaron 593.2 millones de dólares, con el año 2016 en el cual se espera invertir 1,677.3 millones de dólares, se estima un crecimiento de inversión social nominal de 282.75%, este incremento se ve reflejado en mayores recursos en educación y salud, los cuales pasaron de ser en 2000 los montos de 358.1 y 204.9 millones de dólares respectivamente en cada área, a un monto de 918.8 y 600.5 millones de dólares en 2016, representa un incremento de 256.57% en educación y 293.07% en salud, mientras que por el lado de los subsidios los cuales se han focalizado en 2016 hacia las familias que más lo necesitan, del 2000 al 2016 se registra un incremento de 127.2 millones de dólares, solo en este caso es que con respecto al año anterior que los recursos se han disminuido 33.92%.
La inversión social en relación al Producto Interno Bruto, también muestra un incremento significativo, ya que, para el año 2000 el Estado salvadoreño apenas destinaba el 4.52% del PIB, mientras que para el presente año se espera destinar el 6.13%, en términos absolutos, los recursos encaminados a la inversión social dentro del mismo modelo neoliberal pero con diferentes visiones y tipos de gobierno, es decir, el gobierno de derecha del año 2000 y el actual gobierno de izquierda del año 2016, refleja un incremento de 1,084.11 millones de dólares.
En cuanto a la inversión social per cápita, en el Cuadro y Gráfico N°2, refleja que esta igual se ha aumentado, resultado de que el gobierno actual ha incrementado los recursos asignados en un 260%, esto con relación al año 2000, en dicho año la inversión social nominal per cápita alcanzó los 99.53 dólares y para el año 2016 se incrementó a 258.94 dólares, en términos absolutos se incrementó en 185.01 dólares per cápita. Es de resaltar que el porcentaje de inversión social nominal ha crecido en mayor proporción que el crecimiento poblacional, y aunque la inversión social nominal per cápita ha disminuido para los años 2015 y 2016 con respecto al 2014, se debe a la focalización de los subsidios que se han dirigido a las familias salvadoreñas que realmente lo necesitan, según sus condiciones de vida, pero se ha mantenido año con año el incremento de recursos económicos en educación y salud.
Al analizar la Inversión Social como porcentaje del Gasto Público Total y el PIB, podemos observar en el gráfico No. 3, que con respecto al PIB la inversión social ha pasado de representar el 4.5% en el año 2000, y se espera que represente el 6.1% del PIB del año 2016, una mejora sustancial de 2.6% más en inversión social; con relación al Gasto Público Total, el panorama es mucho mejor puesto que desde el año 2000 al 2006, la inversión social no superó el 30% en representación del Gasto Público total, es más, en el año 2002 esta se redujo al 21.2%, el punto más bajo de todo el periodo analizado; por otro lado, durante el actual periodo presidencial la inversión social ha disminuido de 2014 que era 38.5% a un 34.5% esperado para 2016.
Al hacer una relación de los recursos destinados al servicio de la deuda más la suma de la estimación de recursos en evasión y elusión fiscal sobre la inversión social que realiza el Estado año con año, podemos apreciar en el siguiente cuadro, cómo en realidad el problema de déficit fiscal no viene dado por los recursos destinados a inversión social, porque de 2010 a 2016, se estima que se han destinado 12,503 millones de dólares en servicios generados de la deuda, y se han dejado de percibir 19,025 millones de dólares en evasión y elusión fiscal, mientras que en inversión social se han consignado 11,601.3 millones de dólares, al sumar los servicios de deuda más la evasión y elusión y relacionarlos con la inversión social nos percatamos que estos dos problemas fiscales superan la inversión social en 272% en promedio de todo el periodo analizado.
En conclusión, el modelo económico neoliberal sobre el cual se desarrolla la economía salvadoreña, como ya habíamos mencionado, considera la inversión social como un gasto innecesario que ejecuta el Estado, gasto que según ellos, trae consigo déficit fiscal y la utilización de recursos de forma ineficiente, señalan que estos recursos deben destinarse al “desarrollo de las condiciones óptimas del país”, para que la empresa privada pueda ejercer sus actividades sin dificultades, esta teoría llamada del rebalse, se ha probado en el transcurso de los últimos 28 años que no funciona y debido a eso el país está en crisis en un proceso de gran concentración y centralización del capital en la burguesía oligárquica y las empresas transnacionales; esto no obstante que son los hogares quienes mayores ingresos le genera al gobierno, y en consecuencia son los hogares los que deberían recibir mayores beneficios, es necesario recalcar que sin inversión social es imposible lograr un desarrollo económico y social. El verdadero problema en cuanto al gasto consiste en el pago del servicio de la deuda, el gasto fiscal y la evasión fiscal, ya lo hemos demostrado arriba, estos son factores fundamentales que evitan el crecimiento y el desarrollo, por tener al fisco en una situación de quiebra financiera.
Es importante recalcar que el servicio de la deuda más la evasión y elusión fiscal son los problemas que debe priorizar y enfrentar el Estado salvadoreño, para garantizar y hacer su papel como promotor del desarrollo y atender los problemas sociales del país. Indiscutiblemente, repetimos, esta es la razón de que el Estado esté quebrado financieramente, por lo tanto, urge que se ataque la elusión y evasión fiscal y que se renegocie la deuda para que el país pueda contar con más ingresos que le permita invertir en áreas como salud y educación, que además de expresar justicia social, son los ejes estratégicos para salir del subdesarrollo, ningún país ha mejorado sus condiciones de vida con un pueblo que vive en la ignorancia y sin salud, con el agravante de tener salarios de hambre y ser el gran contribuidor de los recursos tributarios al Estado, lo anterior agravado en una situación de violencia cuyos orígenes estructurales son la pobreza, la falta de educación, de perspectivas para la juventud y la delincuencia relacionada con el narcotráfico, que es lo vive hoy el país. Revertir el modelo neoliberal es fundamental en la administración del FMLN para salir del estancamiento y lento crecimiento existente en la economía del país y poder trazar otro futuro para nuestro El Salvador, de justicia social y paz.
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