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Óscar Ortiz (secretario general del partido de izquierda FMLN) en entrevista exclusiva para Diario Co Latino, al hacer una evaluación del segundo año de la gestión presidencial los calificó como “dos años de retrocesos, abusos y sin rumbo de país”.
Ortiz expresó que estos dos años de gobierno nacional han estado marcados por el retroceso democrático del país, el atropello al marco constitucional, prácticas de corrupción y un Gobierno sin rumbo claro, basado en la improvisación, el populismo y el discurso de odio.
-¿Cuál es la evaluación general sobre los dos primeros años de la actual gestión presidencial?
Primero, y de las señales más preocupantes a dos años de mandato, se reflejan señales claras de un comportamiento hacia modelos autoritarios, que amenazan con un acelerado retroceso del sistema democrático, el control total de los poderes del Estado, el desmontaje de la institucionalidad, la instrumentalización del aparato público y el abuso del sistema de derechos, que se traduce en intimidación, acoso y persecución política.
Hemos visto que esta amenaza se ha convertido en una práctica constante de manipulación, de chantaje, revanchismo y discurso de odio, utilizada como cortina de humo para evadir los verdaderos problemas del país y de la población.
-¿Cómo evalúa usted el tema de la transparencia en el actual Gobierno?
Bueno, como lo hemos dicho y reafirmado, este Gobierno se peleó con la transparencia desde el primer día, a dos años vemos muestras de un acelerado deterioro y crisis institucional producto de prácticas y señalamientos de corrupción, nepotismo, clientelismo político, abusos, ilegalidades y rasgos de impunidad que involucran al más alto nivel del ejecutivo, se han debilitado los mecanismos de transparencia, contraloría y vigilancia de la gestión pública, a través de la censura, la manipulación y, sobre todo, de la discrecionalidad en el manejo de la información institucional.
-Por otro lado, ¿cuál es su evaluación en el tema de política exterior que ha mantenido la actual gestión?
En este tema poco o nada se ha hecho, a dos años el trabajo en esta ruta, sin duda está marcado por un fuerte deterioro de la política internacional y la imagen de El Salvador ante el mundo, caracterizado por el irrespeto a los compromisos y normas internacionales, la ausencia de una estrategia y agenda clara, un debilitamiento de la credibilidad y legitimidad política, un débil papel institucional caracterizado por la inexperiencia y prácticas oscuras, un entorno confrontativo con Estados Unidos y la preocupación de otros como la Unión Europea y Canadá ante las prácticas antidemocráticas de este gobierno, que no solamente afectan y han puesto en riesgo la agenda de cooperación y solidaridad internacional, sino también, y más grave aún, que representan un enorme riesgo para la vida de miles de compatriotas.
-¿Y el caso de China cómo lo evalúa?
Haber establecido relaciones diplomáticas con China ha sido correcto, bajo una lógica de total apertura, respeto y solidaridad de cara a la comunidad internacional.
En estos dos años, lo que hemos visto son señales de una reiterada incoherencia, improvisación y una actitud oportunista basada en una apuesta electoral mas que en una apuesta de país.
Este Gobierno ha intentado utilizar un contexto de conflicto geopolítico para potenciar su agenda personal y electoral sin considerar los enormes costos que como país podemos pagar.
-¿Cómo considera que se han abordado las políticas públicas en el plano social?
Es preocupante y verdaderamente alarmante, que a dos años de ejercicio no hay claridad en el rumbo de país, se desconocen estrategias y planes estructurados, las políticas públicas se desmontaron, se abandonaron importantes programas de alto impacto social, se bloquearon todos los espacios de diálogo y concertación, la gestión de gobierno se redujo a una práctica esencialmente populista, basada en el asistencialismo con enormes costos para el país, producto del desenfrenado endeudamiento y el manejo discrecional de los recursos públicos.
-Uno de los temas que más inquietan a la población, sobre todo en estos momentos a causa de la pandemia, tiene que ver con la economía, ¿cuál es su evaluación sobre la agenda económica manejada en estos dos años?
No hay ninguna duda que la agenda económica continúa siendo la mayor deuda de este Gobierno, la falta de una visión de país y planes integrales, sumado al entorno de confrontación e inseguridad jurídica han venido configurando un escenario de profundización de la pobreza, mayor desempleo, freno de la productividad agrícola y de sectores claves, mayor costo de la vida y una evidente amenaza de más y nuevos impuestos. Este gobierno ha reducido todo su enfoque en más deuda y más deuda.
-Finalmente, ¿cómo evalúa el trabajo en materia de seguridad pública?
La militarización de la seguridad pública ha sido de los principales retrocesos desde la firma de los Acuerdos de Paz en estos dos años. La seguridad y los supuestos planes de control territorial, siguen marcando enormes dudas y preocupaciones; el incremento de desaparecidos, el silencio sobre las extorsiones, la migración forzada por amenazas de pandillas, la manipulación de los datos, las reiteradas denuncias que vincula a funcionarios de gobierno con pandillas y la revelación de casos como el de Chalchuapa, constituyen una evidencia que estos supuestos planes no tiene una base seria y estructurada.
Estoy convencido que, en estos momentos, lo que más demanda el país es que todos los sectores pongamos en el centro un diálogo, sincero, franco y transparente. Nosotros, por nuestra parte vamos a seguir trabajando de manera comprometida, como un partido abierto y cercano a las grandes demandas y necesidades de las familias y las comunidades.
