José Amilcar Ramírez
Los tiempos que comenzamos a experimentar, cialis en este primer mes del año, rx son cruciales y nos desafían a tomar decisiones muy importantes y definitivas el próximo dos de febrero por lo que está en juego, look para la gran mayoría de nuestro pueblo.
Arena, en lo que resta de la campaña electoral, está mostrando más crudamente el rostro de la desesperación lo que hace que esto la vuelva más angustiada y atemorizada, y lo más delicado no contar con ningún argumento sólido, para proponer algo que pueda convencer al electorado, y para colmo como no tiene méritos propios que resaltar procura opacar los del actual gobierno. Arena y la derecha recalcitrante con su falta de valores, no es de naturaleza humana, porque su ceguera, terquedad y sus ambiciones de poder absoluto, los hace ver a su alrededor solamente la satisfacción de sus lujos y extravagancias, la codicia, la usura y unas constantes ambiciones de lucro desmedidas. Son insensibles al dolor y sufrimiento ajeno, se vuelven prepotentes frente a los impotentes, que son víctimas de sus injusticias sociales que por siempre han mantenido a nuestro pueblo en precarias condiciones.
Luego se escudan con la hipócrita y falsa apariencia de “honorables” y se autollaman “salvadores”, porque según ellos piensan rescatar y recuperar el país para seguir gozando de sus privilegios, a los que han estado acostumbrados a costa de los enriquecimientos ilícitos, de los fondos públicos. Es tan maligna la naturaleza de arena y la derecha ortodoxa, que daña y contamina la sociedad convirtiendo a muchos profesionales en mercenarios sumisos al servicio de ellos para que conozcan sus planes nefastos y luego los implementen y los defiendan a toda costa ante la desaprobación de las grandes mayorías de nuestro pueblo.
En coyunturas especiales como la que estamos viviendo, ya no se diga la paga es mayor y los esfuerzos exigidos también son mayores, como los que vemos en los medios de difusión tanto televisivos como escritos y radiados, estos profesionales antipatrióticos se vuelven actores dramáticos aunque no convencen ni conmueven a la audiencia.
Qué más podemos decirles que en sus veinte años de nefastos gobiernos que tuvieron, no supieron guiar a la sociedad ni al país, hacia un futuro mejor como todos lo esperábamos y anhelábamos y lo más triste de las consecuencias que hemos venido sufriendo por éstas políticas erróneas de los gobiernos areneros, es que, no solamente no quieran responsabilizarse de sus actuaciones sino que culpan al actual gobierno por todos sus propios desaciertos.
En conclusión, el sector económico dominante con toda la derecha recalcitrante frente a los mercenarios de ocasión a su servicio, no tienen la voluntad ni la inteligencia para cambiar su pensamiento y forma de actuar, en procura de una convivencia más justa y esto hace que se vuelvan analfabetos de los que no saben leer en los tiempos que corren, no tienen conciencia, ni saben comprender hacia donde nos pueden llevar con sus decisiones aventureras. Si tuvieran un poco de humildad y de sentido común y cambiaran su manera de pensar, tal vez podrían recuperar algo de su humanismo perdido; pero no el país porque nuestro pueblo se cansó ya de tantas injusticias, además se ha educado y madurado políticamente; en otras palabras, ha adquirido una conciencia social y se ha vuelto una fuerza política que tiene dirección, sentido, y un gran valor (como en la física). Nuestro pueblo finalmente sabe muy bien lo que quiere y tiene la firme convicción, porque este gobierno continúe por cinco años más, lo que así será este dos de febrero en primera vuelta.