Jerusalén/AFP
Tres árabes israelíes abrieron fuego este viernes en el casco antiguo de Jerusalén y mataron a dos policías, antes de ser abatidos en la Explanada de las Mezquitas, tras protagonizar el incidente más serio de los últimos años en esta zona extremadamente sensible.
Tras el suceso, la policía anunció que todas las entradas de la Explanada de las Mezquitas, situada en Jerusalén Este -anexionado y ocupado por Israel- habían sido cerradas y que las oraciones del viernes no se celebrarían.
Ante la posibilidad de un recrudecimiento de las tensiones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abas, conversaron por teléfono, según la agencia de noticias palestina Wafa.
Abas condenó el incidente y expresó «su rechazo a todo acto de violencia», mientras que Netanyahu «hizo un llamado a la calma».
Es el primer ataque de tal magnitud con arma de fuego desde hace años dentro de los confines del casco antiguo de la ciudad, subrayaron los comentaristas, pues los últimos 20 meses han estado marcados por ataques con arma blanca cometidos por palestinos que, en general, actuaban solos.
Dos policías que resultaron heridos de gravedad fallecieron poco después del ataque, mientras que un tercer policía estaba herido leve, señaló la policía.
Los policías muertos, Hail Satawi, de 30 años, y Kamil Shanan, de 22, formaban parte de la minoría árabe drusa de Israel, muy presente en la policía y el ejército.
‘Extremadamente grave’
Según la policía y el Shin Bet, el servicio de seguridad interior de Israel, los tres atacantes también eran árabes israelíes, oriundos de la ciudad de Um el Fahm (norte).
Fueron identificados como Mohamed Jabarin y Mfadal Jabarin (ambos de 29 años) y Abdel Latif Jabarin (19 años).
Los atacantes abrieron fuego contra policías israelíes cerca de una puerta del casco antiguo de Jerusalén y luego huyeron hacia la Explanada de las Mezquitas, donde fueron alcanzados por las fuerzas de seguridad, que los abatieron, según la policía.
En un video difundido por medios israelíes y palestinos grabado en la Explanada de las Mezquitas, se puede oír un intercambio de disparos.
El ministro israelí de Seguridad Pública, Gilad Erdan, acudió al lugar y calificó el ataque de «acontecimiento extremadamente grave».
«Tendremos que reevaluar todas las disposiciones de seguridad en el Monte del Templo [como llaman los judíos a la Explanada de las Mezquitas] y sus alrededores. Insto a los líderes de ambos bandos a […] mantener la calma en Jerusalén», agregó.
Tras haber consultado a responsables de seguridad, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió que la Explanada de las Mezquitas permanecería «cerrada hoy por razones de seguridad», según un comunicado de sus servicios.
Anuladas las oraciones del viernes
Según medios israelíes, es la primera vez desde el año 2000, cuando estalló la segunda Intifada, que las oraciones del viernes se cancelan, pero la policía no confirmó esta información.
El muftí de Jerusalén, Mohamed Husein, denunció ante los periodistas que se hubiera acordonado la Explanada de las Mezquitas y que se anularan las oraciones.
Las autoridades israelíes «no quieren que vayamos a la mezquita de Al Aqsa», indicó.
«El gobierno palestino condena todos los procedimientos de la ocupación israelí en Al Aqsa y el que se le impida a la gente orar el viernes», declaró por su parte el portavoz del gobierno palestino en Ramala, Tarik Rashmawi.
Al Aqsa se encuentra en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam. Por debajo, el Muro de las Lamentaciones, conocido como Monte del Templo por los judíos, es el lugar más sagrado del judaísmo.
El portavoz del movimiento islamista Hamas, Sami Abu Zhori, consideró que el ataque era «una respuesta natural al terrorismo sionista y a la profanación de la mezquita Al Aqsa», en un comunicado publicado en la página web de Hamas.
«El statu quo será preservado», advirtió Benjamin Netanyahu, en un intento de tranquilizar a los palestinos.
Según un statu quo en vigor desde hace varias décadas, los judíos tienen permiso para visitar la Explanada, pero no para rezar allí.
Desde octubre de 2015, Israel y los Territorios Palestinos son presa de la violencia, que ha causado la muerte de 280 palestinos, 42 israelíes, dos estadounidenses, dos jordanos, un eritreo, un sudanés y una británica, según un recuento de la AFP.
La mayoría de los palestinos abatidos son asaltantes o presuntos asaltantes, a menudo jóvenes, que actúan en solitario y con arma blanca.