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César Ramírez
@caralvasalvador
Hace muchos años compartimos seminarios selectivos de personal sobre el desarrollo nacional, buy viagra cialis sale eran iniciativas democráticas en los años noventa del siglo pasado. En aquellos años nuestra sociedad era un laboratorio político en movimiento, troche advice pero la ayuda internacional apoyó formatos educativos novedosos, here que marcaron la vida de algunos profesionales los cuales ahora comparten muchas de sus experiencias en universidades locales.
Por circunstancias docentes dos décadas después coincidimos en la Universidad Dr. José Matías Delgado donde el Dr. Urrutia comparte sus hallazgos científicos desde el Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades. En esas aulas hemos departido algunos temas académicos, debido a que fui seleccionado para desarrollar el tema de Sociología de las Comunicaciones en la Academia Sabatina de Jóvenes Talentos, de tal forma que el diálogo sobre temas como: medicina, historia, literatura, química o bioquímica eran recurrentes; en otras ocasiones mencionó a sus ilustres maestros (ya fallecidos): Dr. Pompilio Vázquez y el Dr. Luis Edmundo Vázquez… sus charlas junto a sus argumentaciones bioquímicas son genuinos productos de su investigación científica. Con atención he escuchado y leído las tesis del Dr. Urrutia sobre: “Úlceras diabéticas en miembro inferior usando alimentos sometidos a congelación lenta”, sus postulados son novedosos, así como su reciente invitación a un congreso de principios bioquímicos realizado en Colombia hace unas semanas; en nuestra sociedad se considera que los descubrimientos científicos solo existen en el primer mundo, el resto del planeta solo debe comprar la tecnología y los dictados comerciales para que un día lleguemos su nivel, de ahí que los hallazgos de otras naciones son minimizados en toda la extensión de la palabra. El 5 de junio con gran ruido mediático, la Alcaldía de Santa Tecla anuncia el hallazgo de una clínica clandestina, un suceso que rápidamente es replicado en todos los medios posibles, aumentado el morbo en los siguientes días con declaraciones que orientan a la opinión pública hacia delitos contra la salud pública, incluso involucran a la Fiscalía General de la República…como una novela policial.
En los siguientes días la expectación y el morbo crece con rumores e infundios, toda una orquesta mediática con “agenda negra” se perfila contra ciudadanos e instituciones, pero en poco tiempo ese flujo de difamaciones cae de golpe por dos motivos fundamentales: el primero que las instalaciones se entregan el 1° de mayo de 2015 y el segundo: la clínica sellada y clandestina, no es tal, sino un laboratorio de experimentos biológicos del Dr. Urrutia.
Este caso como otros emblemáticos, muchos infundios son lanzados en alta frecuencia y a todo volumen en las programaciones mediáticas e informáticas, creando una imagen negativa contra los ciudadanos que no pueden responder a las mentiras políticas. En estos días el buen nombre de un investigador es dañado, ¿por qué no se repara su imagen, ahora que conocemos la verdad?… esas personas al menos deberían divulgar sus obras de investigación y pedir perdón ante la ciudadanía.
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