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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Cidia Cortés, bióloga e investigadora de la Asociación de Mujeres Ambientalistas de El Salvador (AMAES), y del Movimiento Ecofeminista, explicó, que el drenaje ácido de la minería es un caldo de metales pesados, que impactan al medio ambiente y recursos hídricos con consecuencias irreversibles.
“Hemos hecho investigación desde el año 2010, cuando medimos la cantidad de drenaje ácido de minas, que le cae al que fuera el río San Sebastián, y son 3 litros por segundo que caen de agua contaminada “, informó.
“Ese drenaje ácido de minas tiene metales pesados como el arsénico, el plomo y el aluminio, que es grave porque están en condiciones elevadas su presencia y de acuerdo a las normas internacionales de calidad de agua y estos metales” manifestó.
La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica, la Asociación de Mujeres Ambientalistas de El Salvador (AMAES) y el Movimiento Ecofeminista realizaron una jornada de sensibilización sobre las implicaciones de la contaminación de la industria minera en los bienes naturales de las comunidades en el país.
Cidia Cortés agregó que según la norma internacional sobre los metales pesados, “el arsénico” debe de estar en 0.1 ppb (partes por billón) para que sea normal. Y en el río San Sebastián, lo encontraron arriba de cien y todos los otros metales pesados están igual, lo que sobrepasa los límites de agua de calidad.
“Incluso, el agua del dique que está clara como la hemos visto, también tiene arsénico. El agua que ANDA le sirve a la comunidad en los pozos que ha abierto y en los reservorios de agua que tienen aquí, también tienen arsénico, toda el agua que consume la gente en la comunidad tiene metales pesados”, afirmó Cortés.
Cortez agregó que recientemente, 15 días atrás, ha retomado la investigación del río San Sebastián, por lo que tomó muestras del sedimento del río húmedos y secos, con el fin de determinar la cantidad de metales pesados que contiene el fondo de ese cuerpo de agua.
“Estamos esperando la respuesta del laboratorio a donde mandé las muestras, he pedido que busquen Cadmio, Cianuro y Mercurio, y analizar las cantidades que tiene en su sedimento”, expresó.
“El drenaje ácido es un caldo de metales pesados que se produce cuando abren las rocas o abren los grandes boquetes subterráneos como en la mina San Sebastián. Allí hay aluminio, hay arsénico, hay arsenopirita (mineral de sulfuro) que hace contacto con el oxígeno y el agua, cuando cae la lluvia”, señaló.
“Y cuando la lluvia entra y lava todos esos metales se convierte en drenaje ácido de minas. Esa coloración roja del río San Sebastián es hierro, es aluminio y por eso toma esa coloración porque ha hecho contacto con el oxígeno que está en el ambiente y que está con el agua”, explicó Cortés.
En cuanto al tipo y nivel de impacto, la bióloga reiteró que el “es irreversible”y lamentó que el gobierno ofrezca que las ganancias de la mina servirán para limpiar los ríos del país.
“¿Me preguntó cómo hará eso?, sí los metales pesados para sacarlos del agua en la cantidad que existe (en el río San Sebastián), es casi imposible pues se murió el río y se murió definitivamente”, afirmó.
“Podrá sacar metales pesados allá en el río Ostúa, que casi no hay presencia, y lo que existe es por la actividad agrícola que ponen agroquímicos a los cultivos, pero todavía no por la minería, o podría tener metales pesados por el agua termal, pero sacarlos puede solo si es poca cantidad. Y será más difícil si todos los ríos están contaminados, tendría que tener miles de millones de dólares para hacer algo así”, acotó Cortés.
Resistencia social contra la Ley de Minería
Luis González, del Equipo de Incidencia de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), reiteró la importancia de estas actividades de la “sensibilización” frente al peligro de la minería metálica en el país.
“Esta actividad forma parte de muchas que se están realizando, frente a la nefasta decisión de permitir de nuevo la minería metálica en El Salvador, con la aprobación de la minería de nuevo y aprobada en diciembre pasado, que obviamente es contraria a los intereses ambientales del país”, argumentó.
“Esta actividad es para sensibilizar, incidir e insistir en que debemos resistir contra la minería metálica. De por qué no se puede permitir en el país que es tan vulnerable a graves crisis hídricas, así como, por su poca cantidad y calidad para la población”, indicó González.
González anunció una serie de acciones de las organizaciones ambientales, del Movimiento Ecofeminista, AMAES y la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica para acompañar a las comunidades afectadas y resaltar “la realidad de la crisis que va a generar la minería” en el territorio nacional.
“Como movimiento ambientalista nos estamos moviendo para emitir peticiones tanto para la Corte Suprema de Justicia (CSJ), pidiendo un recurso de inconstitucionalidad para la Ley General de Minería. Y para la Asamblea Legislativa, una petición para que realice una derogatoria de esta ley”, manifestó González.
“No podemos permitir que el ambiente sea degradado más de lo que ya está, por lo que hacemos un llamado a la población a unirse, porque esta lucha es por la vida, por el derecho a la salud y la de alimentación de la población salvadoreña”, reiteró González.
El ambientalista no descartó que luego de cumplir con las peticiones a las instituciones judiciales y legislativas a escala nacional, buscarán un proceso de garantías de derechos humanos en organismos internacionales.
“Hubo en el pasado acciones nacionales de resistencia a la minería (2017), recordemos la lucha social comunitaria frente a la minería en Cabañas y Chalatenango, que se opusieron a la minería cuando era legal su explotación, pero la lograron prohibir, ahora seguiremos luchando para que no se instale en el país”, puntualizó González.
