Por Alvaro Villalobos
París/AFP
Cinco presidentes latinoamericanos debatirán sobre drogas, remedy comercio y crecimiento en la reunión anual del Foro Económico Mundial a partir del miércoles en Davos, con las negociaciones sobre el conflicto sirio como telón de fondo.
Es la primera vez que acuden tantos presidentes latinoamericanos a esta gran reunión de la élite empresarial, política y tecnológica.
Los mandatarios de México, Brasil, Colombia, Guatemala y Panamá viajan a los Alpes suizos, donde habrá más de 2.500 participantes, incluidos unos cuarenta jefes de Estado, y celebridades como el actor estadounidense Matt Damon.
El mexicano Enrique Peña Nieto pronunciará un discurso especial la tarde del jueves, en el que se espera hable de la reforma del sector energético, que por primera vez se abre a la inversión privada, tanto nacional como internacional.
Al día siguiente será el turno de Dilma Rousseff, presidenta de la mayor economía latinoamericana, cuyo empuje se ha visto deslucido en los dos últimos años por una fuerte ralentización del crecimiento y una inflación persistente.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, participará el jueves en una reunión sobre drogas. El mandatario, que desde hace años promueve una política de regulación de los narcóticos, llega con el espaldarazo que supone la reciente decisión de Uruguay y de los Estados norteamericanos de Washington y Colorado de legalizar la marihuana.
En el ámbito comercial, el Acuerdo de Asociación Transpacífico, un ambicioso proyecto regional de libre comercio en el que están Chile, Perú y México y que espera concretarse este año, será objeto de otro debate.
El mandatario panameño, Ricardo Martinelli, estará el miércoles en la conferencia «El nuevo contexto latinoamericano», en la que se abordará la caída de los precios de materias primas, la emergencia de la clase media en la región y las retiradas de capitales, en previsión del fin de las medidas excepcionales de estímulo a la economía norteamericana.
El conflicto sirio, de fondo
El inicio de la reunión anual de Davos coincidirá con el de las negociaciones internacionales de paz sobre Siria, a sólo 350 km de distancia, en la ciudad suiza de Montreux.
En Davos estarán muchos de los grandes actores diplomáticos de la crisis siria, empezando por Hasan Rohani, presidente de Irán, uno de los principales apoyos del régimen sirio, y que no fue invitado a la cita de Montreux.
También estará uno de los líderes de la oposición siria, George Sabra, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, uno de los principales promotores de las conversaciones de paz, que tomará la palabra el viernes después de haber asistido a las negociaciones en Montreux.
Rohani coincidirá además con Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, archirrival de la República Islámica, con el que no hay ningún encuentro previsto.
Netanyahu no ha dejado de hacer campaña en los últimos meses contra el acuerdo interino firmado entre Irán y las grandes potencias, por el que Teherán acuerda reducir el alcance de su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones internacionales.
El Foro Económico Mundial dará mucho espacio a los debates sobre las transformaciones en los países árabes, con la participación de los jefes de gobierno de Egipto, Hazem el Beblawi, y Túnez, Mehdi Jomaa.
El primer ministro japonés Shinzo Abe dará el miércoles un discurso en el que se espera defienda su heterodoxa política económica de estímulo, con la que quiere sacar a su país de 15 años de deflación.
El fenómeno de la deflación, una bajada continua de precios que desalienta el consumo y la inversión de las empresas, inquieta cada vez más en los países industrializados, en particular en la Eurozona.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, lanzó una advertencia en este sentido, y tendrá ocasión de debatir en Davos con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que no ve ningún peligro inminente.