Harriet Amiet, S.R.C.
(Traducción de Marta Eugenia López Subirós, S.R.C.) De la Revista El Rosacruz, abril/junio de 2010
1 – Presentación
“Hombre precavido vale por dos” es una expresión frecuentemente empleada. Significa que la persona informada de una situación puede aportar una actitud adaptada y así facilitar su desarrollo. El objetivo de esta expresión es dar información suficientemente clara relativa al luto y al alcance de cada uno, con el fin eliminar una parte de su misterio.
Entrar en el luto o duelo
Cada ser humano, tarde o temprano se enfrenta a la muerte y a todas las preguntas que ella conlleva. A veces, ese momento llega de una manera súbita; otras veces, la adaptación a la pérdida de un ser querido, se lleva a cabo en un período de más larga duración. Cualquiera que sea la forma en que la muerte se anuncia, el choque sigue siendo la primera reacción. Durante un momento más o menos largo, una consideración paraliza e impide creer de verdad la noticia. Como decían nuestros ancestros, “ese entra en el luto” a partir del momento en que la persona muere.
El luto, estado de sufrimiento y dolor
El luto es la etapa vinculada al dolor y al sufrimiento experimentado a raíz de la pérdida de un ser amado. A principios del Siglo XX se distinguía bien de las otras etapas de la vida. Vestirse de negro o llevar la venda negra daba prueba del acontecimiento e incitaba al entorno a tener una conducta de respeto que autorizaba a la persona enlutada a vivir plenamente este período y a interiorizarlo. Actualmente estamos muy lejos de esos aspectos tradicionales. Aún antes de la ceremonia de adiós y apenas empezando el luto, las múltiples cuestiones administrativas se les presentan a las personas dolientes. Luego “abandonadas en la “Naturaleza”, sin señal distintiva, se acostumbran poco a poco a la ausencia. En esta nueva situación son, más o menos apoyadas o sostenidas por los parientes y el entorno. El sufrimiento y el aislamiento son tan grandes que, a menudo, se instala un deseo de poder manifestar su estado de luto con una señal particular. En efecto, para poder vivir bien ese momento doloroso, es importante ser reconocido como doliente y ser rodeado como tal.
Realizar el luto, separarse de algo
Encontramos también la expresión “hacer el duelo de algo” esta formulación se encuentra cada vez más a menudo en los labios de la gente. Hoy en día, a veces es difícil establecer los matices de lo que implica el luto. ¿Se trata de la pérdida de un ser querido, de un período de vida, de un objeto, de la salud, de una situación social o familiar? El término luto o duelo se volvió muy corriente para expresar la transición de una etapa a otra, sin que esté necesariamente en relación directa con la muerte es una palabra al método que indica que un cambio tuvo lugar.
El tabú de la muerte y del luto se revela
Estas observaciones conducen a una reflexión más profunda sobre el luto. En los últimos treinta años se ha dado una popularización de la muerte y una gran cantidad de literatura trataba este tema. La información relativa al luto se trivializó y hoy cada vez más personas se atreven a hablar de la muerte. Antes, se entendía a menudo que “hablar de la muerte la atrae” y en consecuencia no se hablaba de ella. Este pensamiento está a veces a´n presente en el espíritu de la gente. A pesar de eso, se constata que cada vez más, las personas que han vivido un duelo personal hicieron suyo el tabú de la muerte y se sienten llamadas u obligadas a acompañar a otras personas dolientes. Grupos de acompañamiento de final de vida se formaron un poco por todas partes en tiempos pasados.