Gracias a una prolongada investigación de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fiscalía General de la República, le asestaron un duro golpe a las finanzas, de una de las más grandes estructuras delincuenciales pandilleriles del país.
Y es que tras una extensa operación, ayer en la madrugada, la policía y fiscalía, capturó a cuatro jefes nacionales de la MS-13, y desbarataron su estructura de finanzas al allanar viviendas lujosas, antros, empresas de buses, restaurantes, dos auto lotes y un motel.
Con la investigación y los allanamientos realizados en San Salvador y Sonsonate, la policía capturó a 77 sospechosos, entre ellos a cinco jefes de la pandilla MS-13.
Además de los inmuebles, la policía incautó 106 vehículos, algunos de lujo, y autobuses tanto de la ruta 4 como de la ruta 6.
Sin lugar a dudas, el trabajo realizado por más de un millar de policías y agentes fiscales, en la denominada “Operación Jaque”, ha golpeado neurálgicamente al grupo delincuencial MS.
La operación policial ha dejado en claro, la forma de vida de lujo en la que viven los cabecillas de las pandillas, mientras que millares de jóvenes, quienes hacen el trabajo operativo delincuencial como los homicidios y las extorsiones, viven en situaciones precarias, además de un constante peligro de muerte por la amenaza permanente de la pandilla contraria, y la persecución de la autoridad.
Esta operación representa a futuro mediato la desarticulación de esa estructura criminal, pues, en la medida en que se les golpea en su columna vertebral, las finanzas, las “ranflas” o cabecillas, no tendrán manera de reactivar las actividades delictivas, ni mucho menos controlar las bandas criminales en los territorios.
No dudamos que este golpe a las finanzas de los cabecillas de las pandillas, bajará la moral de los miembros pandilleriles, así como la de sus familiares.
Con esta operación, la ciudadanía en general, no solo debe confiar cada día en las autoridades, en la policía en particular, sino que debe moralizarse, y confiar que el Gobierno está actuando por la vía correcta.
La ciudadanía debe convencerse, que el tema de pandillas tiene solución, y que es este Gobierno el que se ha comprometido a llevar la esperanza a la familia salvadoreña.
La ciudadanía no debe quedarse de brazos cruzados, y debe convertirse en colaboradora, no solo de proliferar la esperanza entre sus vecinos, sino que colaborar con las autoridades.