Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Vilma Vaquerano, coordinadora de Observatorios de ORMUSA, explicó que la “Economía Azul” es un aporte que deriva en una estrategia económica ambiental, a fin de superar la pobreza en las mujeres rurales en la zona marino costera del país.
“En los últimos años precisamente analizando los datos de 2019 al 2022, hay un incremento de la pobreza en El Salvador. Y cuando hablamos de pobreza siempre es el rostro de las poblaciones más vulnerables y dentro de esas poblaciones están las mujeres y en especial las mujeres de las zonas no urbanas”, explicó Vaquerano.
La Economía Azul: Un Catalizador en la Lucha contra la Feminización de la Pobreza en El Salvador fue abordado en el segundo conversatorio con periodistas, a fin de analizar la situación de las mujeres que trabajan en sectores acuícolas y pesqueras del país. Con el apoyo de Cooperación Española y la participación de PAZ, COMURES, ORMUSA y REDES.
El economista Gunter Pauli planteó en 1994 la “Economía Azul”, con la cual propone un “sistema de trabajo similar a la naturaleza” con la elaboración de productos de una forma sostenible y medidas respetuosas con el medio ambiente y atendiendo a que el planeta tierra.
Vilma Vaquerano agregó que son las mujeres las dedicadas a las actividades de subsistencia como la pesca artesanal y que se han visto forzadas a combinar todas estas actividades propias de la zona junto a otro tipo de actividades para generar ingresos a la familia.
Muchas de estas actividades caen en el ámbito informal y de baja remuneración, las que pueden ser actividades de cuido de personas, lavar y planchar y otras acciones para buscar el sustento de su grupo familiar.
“Son las mujeres las que tienen que ingeniárselas para mejorar los ingresos, sobre todo, en momentos de emergencias ambientales, ya sea por fenómenos climáticos u otros eventos”, dijo.
“Y precisamente con ese enfoque el Observatorio de Género de Justicia Ambiental, organiza este tipo de actividades que nos lleva precisamente a realizar análisis de estas estrategias innovadoras, y que son elementales para superar la pobreza en El Salvador y atender también a estos sectores mucho más excluidos”, expresó.
La Economía Azul se encuentra en el contexto de la innovación, aunque no en el campo de la tecnología, agregó Vaquerano, al señalar la “innovación social”, que han venido desarrollando las organizaciones, a partir de un intercambio de conocimientos y experiencias de las mujeres rurales en la franja marino costera.
Igualmente, han estimulado y promovido el empoderamiento y liderazgos femeninos como otras estrategias para un trabajo de campo desde “términos amigables con el medio ambiente”, a fin de dar la dimensión real a todo el tema ambiental del país.
“Recuerdo un dato de 1995, que nos decía que el 90% de los ríos y los cuerpos de agua de nuestro país estaban contaminados. Desde esa época se hablaba de una amenaza de desertificación de los fenómenos climatológicos como El Niño o la Niña, que es lo que estamos viviendo actualmente”, agregó.
“Desde esta premisa de innovación social, desde la Conferencia de Río (2015) ya se hablaba de este término de -Economía Azul-, que busca reconocer el potencial del medio marino como fuente de riqueza y prosperidad para las poblacione costeras y como su explotación de manera responsable y tomando al centro los recursos naturales su preservación se puede generar el bienestar y desarrollo de las personas”, indicó.
Angela Rodríguez, investigadora académica de la Escuela de Economía de la Facultad de Economía de la Universidad de El Salvador (UES), reafirmó que la Economía Azul y su aprovechamiento es un nuevo enfoque para avanzar en el tema de “sostenibilidad de recursos”, y en particular los recursos marinos del país; junto a la inclusión que permita la reducción de desigualdades y énfasis en las brechas de género.
“Esto nos permite también dar a conocer la posición de las mujeres rurales y específicamente las mujeres que trabajan en la costa, y la relación de igualdad frente a los hombres. Porque son ellas las que directa o indirectamente garantizan la seguridad alimentaria de sus hogares y se echan sobre sus hombros la preservación de los recursos naturales que les permitan la sostenibilidad de la vida”, consideró Rodríguez.
“Es un nuevo enfoque que se acuñó en los años 90, por un economista belga (Gunter Pauli), en donde emulando el proceso de regeneración que la naturaleza realiza. Claro, reconociendo -no tan abiertamente- que hay una sobreexplotación de los recursos naturales con este sistema que es totalmente voraz en este sentido”, reafirmó.
Sobre la Economía Azul, amplió, Rodríguez, se trata de un enfoque desde el ciclo de vida de la naturaleza y desde esa base, utilizar de forma sostenible los recursos costeros marinos, dando un espacio también a su proceso regenerativo. Rodríguez lo comparó con la “economía circular”, que en su conceptualización utiliza todeos los recursos hasta los desperdicios, que evita mayores situaciones de contaminación. Así como, desarrollar procesos investigativos e innovadores para la conservación de estos recursos naturales.
“Es una oportunidad en este sentido de impulsar programas de desarrollo en la franja costera marina y todo lo relacionado con la actividad portuaria, transporte marítimo en donde puedan insertarse las mujeres -porque ellas ya están allí- y en actividades que se ponderan poco o que no les genera una remuneración justa y adecuada y representa una sobrecarga de trabajo”, opinó.
“Esto es lo que se pretende y sensibilizar de cara a promocionar cada proyecto que se desarrolle en donde las mujeres estemos en la toma de decisiones; por la participación política de las mujeres es limitada, la posición de mujeres en puestos de decisión -incluso empresariales- es limitada. Son espacios coptados por los hombres y eso pues, tiene la explicación que es un sistema heteropatriarcal y machista que predomina”, expresó Rodríguez.
En tal sentido, la Economía Azul puede ser una estrategia para enfrentar la “feminización de la pobreza” en El Salvador. Desde esta perspectiva económica diversificada ofrece una variedad de oportunidades que va desde la pesca, la acuicultura, el turismo costero y la investigación científica marina. En las cuales se deberá tomar en cuenta a las mujeres, que muchas veces son marginadas al acceso de oportunidades económicas y de liderazgo.
Las políticas de apoyo y atención a la economía deben partir del enfoque de la Economía Azul, a fin de impulsar la transformación económica y social en las costeras del país, reconociendo que la pesca artesanal no es sólo una actividad económica, sino la preservación de la seguridad alimentaria, dijo.