Juan Antonio Chicas*
Si la igualdad, el respeto a los derechos de todas las personas y la lucha porque no haya discriminación ni exclusión son principios laicistas, entonces el ámbito de la economía también debe tomarse en cuenta en un estudio laicista. ¿Por qué? Porque en el quehacer estatal, una de las aristas tiene que ver con las políticas económicas y, por lo tanto, los principios laicistas deben estar ahí presentes para que estas no afectes negativamente a algún segmento poblacional.
Por supuesto que el ámbito económico es igual de controversial que las otras áreas en las que se dan discriminaciones, por ejemplo, el área de la vida sexual de las personas, y por eso deben tomarse en cuenta las distintas teorías económicas, para que la opinión sea laica, sin inclinaciones ideológicas. Aunque en este caso solo se tomarán las teorías eurocéntricas, pues difícilmente se pueda hacer, en un corto artículo como este, un análisis en el que se incluyan los sistemas económicos (o socio-económicos) de las poblaciones indígenas del nuevo mundo, por ejemplo, el calpulli.
En el devenir histórico, la humanidad ha visto erigirse diferentes sistemas económicos, los cuales son apropiados o no, según el punto de vista de quien los estudie y/o tenga la posibilidad de implementar, entre los cuales destacan el capitalismo y el socialismo (del cual devendría el comunismo). Hay quienes defienden que el capitalismo es lo mejor para que una sociedad prospere, y están quienes afirman que es el socialismo, y el posterior comunismo, lo que necesita la humanidad. Lo cierto es que el sistema que ya es de sobra conocido (con los distintos modelos coyunturales) es el capitalismo, porque comunismo, como tal, todavía no lo ha tenido ningún país; alguna sociedad, a lo sumo, ha llegado a aplicar unos principios básicos socialistas.
En todo caso, lo que un Estado laico debe garantizar, es que toda la población pueda gozar de las riquezas generadas, que no haya exclusiones ni corrupción, porque eso lleva a que pequeños grupos tengan más de lo que necesitan, mientras otras mayorías no tengan ni lo básico. Humanismo y justicia, ante todo.
*Lic. en Sociología.