Por Ilgin Kardilag
Estocolmo/AFP
El economista estadounidense Richard Thaler obtuvo el lunes el Premio Nobel de Economía por su investigación sobre las consecuencias de los mecanismos psicológicos y sociales en las decisiones de los consumidores y los inversores.
Thaler, de 72 años, establece una relación entre psicología y economía, y muestra por ello que las decisiones financieras –ya sea la simple compra en un supermercado o una multimillonaria inversión– no son siempre racionales, y sí profundamente humanas.
El economista norteamericano ha revelado que ciertas características humanas como «la racionalidad limitada, las preferencias sociales y la falta de autocontrol» afectan «las decisiones individuales y las orientaciones de los mercados», explicó el secretario general de la Academia Real de las Ciencias de Suecia, que concede el premio.
El economista norteamericano, nacido el 12 de septiembre de 1945, es considerado un notable teórico en finanzas conductuales, es decir, la investigación de las tendencias humanas y sociales para comprender mejor la toma de decisiones económicas.
El comité Nobel calificó a Thaler de «pionero en la integración de economía y psicología», haciendo con ello «más humana la economía»·
Economía y psicología
Thaler, doctorado por la Universidad de Rochester (Estados Unidos), expresó su «satisfacción» por recibir el premio, en videoconferencia con el comité Nobel, y prometió «gastar el premio» de más de un millón de dólares «de la forma más irracional posible».
«Creo que el más importante reconocimiento es que los agentes económicos son humanos, y los modelos económicos deben integrar» este concepto, afirmó, ya más en serio.
Thaler, cuyo nombre es idéntico a «thaler» –la antigua moneda europea que dio nacimiento a la palabra «dólar»–, considera que el «homo economicus» necesita, para tomar buenas decisiones, un «empujoncito», equivalente del termino inglés «nudge» que ya está integrado en el vocabulario habitual de ciencias económicas.
En un ensayo publicado con un jurista de Harvard, Cass R. Sunstein, Thaler aboga por una intervención «suave», un «paternalismo liberal»: el individuo es libre de actuar, pero es incitado a tomar un camino más que otro.
Ejemplo: el aeropuerto de Amsterdam tuvo la idea de colocar pegatinas en forma de mosca al fondo de los urinarios, para invitar a los hombres a apuntar mejor y así limitar los gastos de limpieza. Resultado: hubo un 80% menos de salpicaduras.
El premiado –que enseña actualmente en la Universidad de Chicago– hizo una breve aparición en 2015 en la película «The Big Short» (La gran apuesta), sobre la explosión de la burbuja inmobiliaria que condujo en 2008 a la crisis financiera global.
Dominio de Estados Unidos
La temporada 2017 de los Nobel termina así con el de Economía, que fue entregado por primera vez en 1969 y es oficialmente denominado «premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel». El premio fue creado con motivo del tricentenario del Banco de Suecia, el más antiguo banco central del mundo.
Los economistas Avner Offer y Gabriel Söderberg, autores del libro «El Factor Nobel» (2016) recuerdan que el comité Nobel ha favorecido hasta ahora claramente las investigaciones económicas neoliberales. De los 79 premiados, más de un tercio –como Thaler– estaban vinculados a la Universidad de Chicago, donde se desarrolló la escuela económica del mismo nombre, una corriente de pensamiento encarnada por Milton Friedman.
El Nobel a Thaler confirma asimismo el abrumador dominio de los estadounidenses, premiados 57 veces sobre ese total de 79 laureados.
Este Nobel de Economía cierra una temporada 2017 en la que destacaron el galardón de Literatura otorgado al británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, el de la Paz a la ICAN –una coalición de ONG comprometidas en la lucha contra las armas nucleares– o el de Física a tres estadounidenses por haber confirmado una predicción de Einstein: la existencia de ondas gravitacionales, una revolución que nos acerca al corazón del Big Bang y al origen del universo.
Cada Nobel consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas, unos 1,1 millones de dólares (945.000 euros).
Los premios serán entregados en Estocolmo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, el industrial y filántropo Alfred Nobel (1833-1896). El premio Nobel de la Paz es entregado el mismo día, pero en Oslo.