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Por Elder Gómez
Colaborador
San Salvador (9 enero).- Ecuador se encuentra sumergido bajo el fuego de una delincuencia organizada que, hasta ahora, ha hecho lo que ha querido en ese país suramericano, con una tardía y tímida reacción del Estado.
Ocupaciones temporales de universidades, de centros comerciales, y hasta de medios de comunicación, enfrentamientos armados callejeros y crímenes al azar, han cobijado a los ecuatorianos en los últimos años.
Cárceles controladas por maleantes, que hasta han tomado de rehenes a los mismos custodios de los presidios.
El martes 9 de enero de 2024, miembros de uno de los 22 grupos de maleantes que han sido identificados por el gobierno de Daniel Noboa, se dieron el lujo de asaltar una televisora en Guayaquil y tomar de rehenes a periodistas, camarógrafos, personal técnico y administrativo.
Los maleantes, campantes, mostraron «al aire» -entraron al canal cuando hacía una transmisión «en vivo»-, ametralladoras y dinamita, mientras forzaban a los trabajadores a lanzarse al suelo.
«Nos quieren matar…», escribieron algunos trabajadores en grupos de WhatsApp y pidieron ayuda a la policía.
TÍMIDA REACCIÓN DEL GOBIERNO
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha dicho que su país ha entrado a un «conflicto armado interno» con las bandas delictivas, y ha declarado el «Estado de Excepción», que implica la salida a las calles del ejército y otros cuerpos de seguridad, como la policía, para combatir a los grupos criminales, «respetando los derechos humanos» de los malhechores.
El congreso ecuatoriano también sacó un pronunciamiento en el que las diferencias políticas de sus integrantes fueron abolidas en este periodo de «conflicto armado interno».
PERÚ ENVÍA EJÉRCITO A FRONTERA CON ECUADOR
Por su parte, el gobierno peruano ha ordenado el despliegue de su Fuerza Armada a la frontera con Ecuador, para prevenir el paso de grupos delictivos de la vecina nación a su territorio, ante el anuncio de su homólogo ecuatoriano del «conflicto armado interno» contra pandilleros y narcotraficantes.
