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El fundador de WikiLeaks ha obtenido una cédula que acredita su ciudadanía ecuatoriana y posee un código correspondiente a la provincia de Pichincha.
El número de la cédula de Assange es el 1729926483. Además, este activista también poseería un pasaporte.
Los datos personales de Julian Assange se encuentran en la base de datos del Registro Civil de Ecuador e incluyen un documento de identidad con ese número.
El fundador de WikiLeaks ha obtenido una cédula que acredita su ciudadanía ecuatoriana y posee un código correspondiente a la provincia de Pichincha.
El fundador de WikiLeaks recibió su cédula ecuatoriana el pasado 21 de diciembre, aunque esa información no se había hecho pública hasta el momento.
Este miércoles, Assange ha publicado en su cuenta de Twitter una foto en la que aparece vestido con una camiseta de la selección de fútbol de Ecuador.
Responde la Cancillería
A través de un comunicado, la Cancillería de Ecuador, dijo que aunque el asilo a Assange le fue otorgado por la antigua administración de Rafael Correa, «al Gobierno actual le ha correspondido buscar alternativas para resolver esta situación heredada, con pleno respeto al marco legal nacional, al derecho internacional y los derechos humanos».
En el texto no se hace mención al tema de la cédula, solo indica que el Ministerio de Relaciones Exteriores «no responderá a rumores ni a información distorsionada o descontextualizada sobre este caso».
La cartera continuará buscando soluciones, «en estricto apego a las normas y procedimientos del derecho internacional», en coordinación con el Reino Unido.
Ecuador busca mediación internacional
Esta noticia se ha conocido un día después de que la ministra de Exteriores ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, declarara que su país buscaba el modo de solicitar una mediación internacional para que Julian Assange pueda abandonar la Embajada de Ecuador en Londres (Reino Unido) porque, tras alrededor de cinco años y medio después de concederle asilo, el Gobierno de ese país sudamericano considera que la situación se ha vuelto «insostenible».